miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Cuál es tu elemento químico favorito?

Vuelve el clásico. Y lo hace in extremis para participar en la XV edición del Carnaval de Química que se celebra durante este mes de mayo en el blog El cuaderno de Calpurnia Tate. Quedaba muy feo que el organizador de la primera edición, o sea, un servidor, no participara en esta ocasión. Pido perdón por llegar tan tarde pero no he tenido mucho tiempo libre para escribir durante estos días. Y es que por si alguien no lo sabe, este blog se financia de mis ratos libres, y salvo que algún loco mecenas inconsciente quiera ponerme un chalecito, habrá que conformarse con pequeñas épocas de sequía. Soy humano y no como otros cyborg-blogueros que andan por ahí publicando casi todos los días sin descanso, al mismo tiempo que trabajan, atienden a sus familias, leen libros, hacen deporte, ven series de tv, comentan la actualidad política e incluso salen a tomar cervezas retransmitiéndolo vía Twitter en el Foursquare o como se llame el invento, o GPS, ese. :-P

Chucknorium | Fuente

Al grano. ¿Cuál es tu elemento químico favorito? Una pregunta un tanto friki, pero que ya se veía venir cuando planteé aquel ¿Cuál es tu reacción química favorita? hace  algunos meses. Se trata de que me contéis -venga, ¡animaros!- en los comentarios cuál es el elemento químico de la tabla periódica, se admiten isótopos (ayudita), que más gracia os hace. Puede ser el primero que aprendiste o el primero que te hayas comido o bebido. O el más sorprendente, feo, chulo o el que te dé la gana. No importa, decidme un elemento y el porqué. Comienzo yo.

Reconozco que he dudado. Mi primera apuesta era para el mercurio, un metal que me asombró la primera vez que lo vi -lo vendían en un mercadillo donde me llevaban mis padres de pequeño- y quedé bastante impresionado por el comportamiento y brillo de ese metal líquido tan fascinante. Sí, he visto cosas que vosotros no creeríais: mercurio líquido a la venta en mercadillos.

Pero ejercitando la nostalgia, otro elemento ha venido a mi memoria en forma de imprevista magdalena proustiana para ocupar los recuerdos del misterioso mercurio. Y en este caso, la barbarie de una preadolescencia lúdico-científica-veraniega, por decirlo de alguna manera, ha ganado. 

Mi elemento químico favorito es el sodio (Na). Este metal alcalino de color blanco lo descubrí hace muchos años, cuando un amigo mío de la playa me lo enseñó cual piedra filosofal, protegido dentro de un mágico recipiente de vidrio de color ámbar. -Si lo echamos al agua, explota- me advirtió.

Mi buen amigo había sustraído (imagino que el delito ha prescrito tras treinta años) una gran cantidad de sodio de su colegio de pago. Os aseguro que en mi colegio público, del que guardo un grato recuerdo, no había ni siquiera un laboratorio; peor aún, ni una miserable tabla periódica en la pared, pero al parecer había otra vida, colegios con sodio en laboratorios, microscopios y otras lindezas como drogas y más marranadas. Pues bien, durante ese verano nos dedicamos a ir racionando los 200 o 300 gramos de sodio metálico del que disponíamos y procuramos darle el mejor y más útil uso posible, aquel destino final que merecía tras su nacimiento en una celda de Downs: mezclarlo con agua.


Todos conocemos a estas alturas la reacción del sodio con el agua. Os podéis imaginar a dos mentes calenturientas en las interminables horas de siesta veraniega..., piscinas, depósitos de agua no potable, la playa... Sobran los comentarios.

Nadie resultó herido, por suerte, o más que por suerte porque no éramos tontos. Y si pensáis que la vocación por la química vino tras esas explosivas experiencias, os equivocáis de pleno, y eso que ese verano creo que fue el que devoré Mi familia y otros animales de Gerald Durrell y algún libro de Asimov. Pero esa es otra historia. :-)

sábado, 26 de mayo de 2012

Tamoya ohboya

La Tamoya ohboya es una medusa cúbica muy venenosa que ha sido recientemente descubierta. Su aspecto es tan llamativo que, según dicen por interné, su nombre le viene por la expresión de asombro que exclamó uno de sus descubridores al verla por primera vez: «Oh, boy!». Ergo...

Juzgad vosotros mismos.




Vía: The Poison Review

NOTA: Esta entrada participa en la XII Edición del Carnaval de Biología que organiza Marisa (@lualnu10) en su recomendable blog Caja de ciencia.

viernes, 18 de mayo de 2012

El diccionario del diablo define: Clarividente


Clarividente: Persona, por lo general mujer, que tiene el don de ver lo que resulta invisible para su cliente, es decir, que es un tarugo.
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Fuente: "El Diccionario del diablo". Ambrose Bierce. Ed Galaxia Gutemberg. ISBN: 84-8109-359-9
Imagen: Alberto Montt

martes, 8 de mayo de 2012

El inconquistable espacio [Extracto del libro 'Los secretos del futuro' de Arthur C. Clarke]


"El hombre jamás conquistará el espacio (...)

El Espacio podrá ser coordenado, cruzado y ocupado sin límites definidos; pero jamás será conquistado.
Cuando nuestra raza haya conseguido su último logro, y las estrellas se hallen pobladas no más ampliamente que la semilla de Adán, incluso entonces seremos como hormigas arrastrándonos sobre la faz de la Tierra. Las hormigas han atestado el mundo, pero no lo han conquistado, pues, ¿qué saben sus incontables colonias, una de la otra? Así ocurrirá cuando nos extendamos más allá de los confines de la Madre Tierra, aflojando los nudos de amistad y comprensión, escuchando leves rumores de segunda, tercera o milésima mano de una fracción siempre más disminuida de toda la raza humana. Aunque la Tierra intentará mantenerse en contacto con sus hijos, al final de todos los esfuerzos de sus archiveros y sus historiadores será derrotada por el tiempo y la distancia, y la impresionante masa de material. Y es que la cantidad de sociedades o naciones distintas, cuando nuestra raza sea tan sólo dos veces como la de la era actual, puede ser mucho mayor que el número de hombres que han vivido hasta nuestros días.

Hemos dejado el reino de la comprensión en nuestro vano esfuerzo de alcanzar la escala del Universo; y así será siempre, antes o después.

Cuando os halléis fuera de casa en una noche de verano, volved la vista al cénit. Casi verticalmente sobre vuestras cabezas brillarán las más resplandecientes estrellas del cielo boreal... Vega de La Lira, a veintiséis años de distancia a la velocidad de la luz, lo bastante cerca para ser un lugar de viaje sin retorno para nosotros, seres de corta existencia. Más allá de este poderoso faro, cincuenta veces tan brillante como nuestro sol, podremos enviar un día nuestros cerebros y nuestros cuerpos, pero jamás nuestros corazones. 

Porque ningún hombre volverá, si se marcha más allá de Vega, a saludar de nuevo a los que conoció y amó en la Tierra".
                  -Artur C. Clarke, Los secretos del futuro-

viernes, 4 de mayo de 2012

¿Qué quieres ser de mayor?

"–Carl, ¿qué quieres ser de mayor?
–Quiero estudiar astronomía.
–Eso está bien, pero... ¿Qué piensas hacer para ganarte la vida?"
La conversación anterior tuvo lugar hace entre un abuelo y su nieto. El abuelo se llamaba Leib Guber y el pequeño Carl era este niño:


Fuente: EPAP


Poco tiempo antes de esta charla de Sagan con su abuelo, con cinco años de edad a punto de cumplir, Carl había quedado impresionado por las maravillas de la ciencia y la tecnología en la visita que realizó junto a sus padres a la Exposición universal de 1939 en Nueva York. Allí, el niño Carl Sagan quedó cautivado por las cápsulas del tiempo y especialmente por Futurama, una idea vanguardista diseñada por Norman Bel Geddes que representaba el mundo futuro dentro de 20 años. El futuro era mejor. Y el futuro era mejor porque la ciencia lo había hecho mejor.

NOTA.- Esta entrada fue publicada originalmente en el blog de StAS Alicante.