viernes, 31 de diciembre de 2010

"Et ipsa scientia potestas est"

"El conocimiento es poder". Esta frase, atribuida a Sir Francis Bacon en su obra de 1597 "Meditationes Sacræ. De Hæresibus" la leí ayer en un comentario que dejó César (Experientia docet) en este post de Amazings, en donde por cierto, hay una pequeña contribución mía.


La frase de Bacon la he convertido en el último post de este 2010, porque resume perfectamente la actividad y la pretensión de este humilde blog, desde que nació tímidamente a principios del mes de abril. Ignoro si he conseguido "haceros más poderosos", al estilo de Bacon, espero que sí, pero lo cierto es que yo sí que he notado el cambio. Y ha sido leyendo vuestros blogs, siguiendo vuestros tweets, comprando algún libro recomendado, enlazando a páginas de blogrolls, contestando a vuestros comentarios...Toda esa actividad ha supuesto para mí un gran avance a nivel personal que me ha dado momentos de gran satisfacción. Y esto acaba de empezar.


Por tanto, avatares o anónimos, pero por encima de todo, amigos, solamente puedo daros mis más sinceras gracias por todo y desearos que el nuevo año que entra esté cargado de todo el conocimiento que os sea posible asimilar.


"Et ipsa scientia potestas est". No me cabe duda alguna de que así ha sido siempre, es ahora, y será mañana.

¡Feliz 2011!

miércoles, 29 de diciembre de 2010

La influencia de la mitología en la ciencia (5ª Parte): Ares

La bella diosa surgida de la espuma que se enamoró del chico malo

Hijo de Zeus y Hera, Ares (Marte para los romanos) era el dios de la guerra. Violento, feroz, sanguinario e impetuoso, Ares no entendía otro lenguaje que el de la violencia gratuita y extrema para resolver cualquier conflicto. El resto de dioses no lo soportaban, tanta crueldad y muerte estaba mal vista en Olýmpos, y Ares era siempre comparado -más bien agraviado comparativamente- con los elogios a su contrapuesta y perfecta hermanastra: Atenea (Minerva). 

Ni siquiera su padre, el gran Zeus podía con él: "Me eres más odioso que ningún otro de los dioses del Olimpo", le soltó un día el todopoderoso Zeus, "Siempre te han gustado las riñas, luchas y peleas"...Ese era Ares. Rebelde, cruel y un chico duro. Un encanto que no pasó desapercibido para Afrodita (Venus), la diosa del deseo y la obsesión sexual, nacida de la espuma de mar que resultó de la castración de los genitales de Urano a manos de Cronos. Afrodita se enamoró perdidamente de Ares.


 
Ares y Afrodita vivieron una larga historia de pasión y deseo a espaldas de Hefesto (Vulcano), el marido de Afrodita. El matrimonio de Hefesto y Afrodita fue un enlace apañado por Zeus ya que ante la irresitible belleza de la diosa Afrodita y sus irrefrenables pasiones mundanas, Zeus temía -por motivos más que sobrados- que fuera causa de disputas entre dioses de miradas sucias y lascivas. 

Para prevenir posibles disputas y riñas pasionales, Zeus tuvo una ocurrente idea. Hábilmente, y en un ejercicio de prudencia y mandonería, la obligó a casarse con el implacable, malhumorado, feo (dicen que al nacer lo echaron del Olimpo por poco agraciado) y poderoso inventor del rayo, el gran Hefesto (Vulcano), dios del fuego y la fragua. Nadie se atrevería a cortejar a Afrodita, ni siquiera a acercarse a ella o mirarla, nadie -pensó Zeus- en su sano juicio divino o humano se enfrentaría al temible Hefesto.

Nadie, salvo Ares, nuestro chico malo, que además era hermanastro de Hefesto. Es una historia recurrente y conocida: marido trabajando todo el día en la fragua para traer el jornal a casa, y llega el bronceado y triunfador soldadito que se pasea triunfal por el Olimpo entre guerra y guerra, y !zas!...

A espaldas del iluso y productivo Hefesto, Ares y Afrodita tuvieron cuatro hijos: Fobos, Deimos, Eros y Harmonía. Hefesto creía a pies juntillas que eran sus hijos, nunca dudó de su mujer ni sospechó nada, hasta aquel día...


Una tarde, Afrodita fue al palacio de Ares y tras una agitada noche quedo dormida con él hasta el amanecer. El dios del sol Helios los descubrío y se lo contó a Hefesto, quien para variar, estaba en su fragua dándole al yunque. Hefesto enfureció y fue a buscar al resto de dioses del Olimpo para pedir venganza, pero antes fabricó en su taller una malla de bronce tan fina que podría inmovilizar a cualquier presa de forma eficaz. Cuando Afrodita regresó a casa, Hefesto le mintió y le dijo que se iba a la isla de Lemnos para visitar a un cliente. 
En realidad Hefesto se quedó escondido a pocos metros esperando, y mascando la tragedia. Afrodita, al saber que iba a estar sola en casa llamó enseguida a su amante para indicarle que podían pasar la noche en su propio lecho nupcial sin riesgo alguno. Cuando el ardiente Ares llegó al palacio, se lanzó a la cama donde reposaba Afrodita de un salto e inmediatamente cayó sobre ellos la malla de bronce tejida por Hefesto. Los intentos de escapar de la red por parte de los desnudos amantes fueron infructuosos. Era imposible zafarse de tan perfecto anzuelo. Hefesto llamó inmediatamente a los dioses para enseñarles su captura y los dioses acudieron prestos a ver el espectáculo. No era algo que sucediera todos los días, y merecía la pena verlo en directo.  

Hefesto estaba muy furioso e indignado, pero el efecto que consiguió advirtendo en su llamamiento a toda la comunidad de dioses fue toda una sopresa. Ante la imagen de la bella y desnuda Afrodita y el avergonzado Ares, los dioses -entre carcajadas- en vez de apoyar a Hefesto se dedicaron a vitorear y aplaudir a Ares, incluso se ofrecían a cambiarse por él. El laborioso Hefesto estaba a punto de estallar, pero un convincente Poseidón lo tranquilizó y lo persuadió para que los dejara libres. Ares, orgulloso y fortalecido, se encaminó hacia su última guerra y Afrodita sufrió el exilio en la isla de Pafos, hasta que su esposo la perdonara. 


El planeta y la estrella que competían en su tonalidad

Los romanos llamaron Marte (Ares) a ese punto luminoso de color rojizo que veían en el firmamento. El rojo, el color de la sangre, el color del dios de la guerra. Mucho más tarde, tras el decubrimiento de sus dos satélites por Asaph Hall en1877, se les bautizó a sus lunas como Fobos y Deimos, miedo y terror, los hijos de Ares (Marte). Marte era un dios muy importante en la cultura romana y de hecho tenía un mes dedicado a él y que aún conservamos: marzo.

El nombre griego de Ares tiene otra referencia en el mundo astronómico. Una estrella roja que a veces se situaba cerca del campo de observación de Marte y que competía en su tonalidad rojiza con él. Nos estamos refiriendo a Antares, del griego anti Ares, que significa "el rival de Ares" o "el contrario a Ares".
En realidad la diferencia de tamaño entre un planeta como Marte y una estrella como Antares es abismal. Podemos hacernos una idea viendo de nuevo este impresionante vídeo:




Curiosa paradoja, porque a simple vista son muy parecidos en el firmamento nocturno. No nos fiemos de las apariencias, porque engañan,...recordad lo que le pasó a nuestro amigo Hefesto :-)

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Referencias:
Wikipedia
Mitología. Todos los mitos y leyendas del mundo. Ed. Círculo de lectores. ISBN:84-672-1262-4.

Imágenes:
http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/76/Mars_Hubble.jpg
http://apod.nasa.gov/apod/image/9706/antaresneb_uks_big.jpg



domingo, 26 de diciembre de 2010

Reconexión cerebral

Tras leer este interesante artículo de América Valenzuela, he recordado la Ted Talk en donde el neurocientífico Michael Merzenich nos contaba sus experimentos e investigaciones. Aquí la dejo (está subtitulada al castellano). Creo que es bastante interesante y merece la pena verla de nuevo.


viernes, 24 de diciembre de 2010

El diccionario del diablo define: Navidad

Navidad: día distinguido y consagrado a la glotonería, las borracheras, el sentimentalismo, la recepción de regalos, el aburrimiento público y la vida doméstica.
¡Cómo! ¿Qué no soy religioso? Deberías saber, amigo mío, que todas las Navidades me emborracho.
Claro que soy cristiano, ningún monje piadoso honra al Señor con una borrachera tal.
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Fuente: "El Diccionario del diablo".  Ambrose Bierce. Ed Galaxia Gutemberg. ISBN: 84-8109-359-9
Imagen: Rob Sheridan

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jueves, 23 de diciembre de 2010

¿Estudias química? Ya no necesitas memorizar la tabla periódica.

La chuleta perfecta para no tener que memorizar la tabla periódica de los elementos químicos. ¿No me crees? Mira este vídeo:



Bueno, hay que tener buena vista... y un pelo largo, aunque solo sea uno. :-D

Lo he visto aquí, a través de una recomendación de @Cendrero.