miércoles, 31 de diciembre de 2025

Algunos libros de divulgación que he leído en 2025

Queridas y queridos amigos de EPAP, fiel a la tradición de este día os comparto algunas de mis lecturas de este año que termina. No ha sido un año especialmente bueno; de hecho, creo que es en el que menos divulgación he leído. Pero al fin y al cabo, esto no es ninguna competición. Pero el resto de lecturas sí que alcanzan las cifras de otros años... Y tampoco eso importa. ¿Qué importa entonces? Pues lo obvio: volver a escribir esta entrada y que la leáis. Os dejo con la metafoto y la lista de lecturas. 

 



La ciencia más joven (Lewis Thomas)

Desde que mi buen amigo José Ramón Alonso me descubrió a este autor, devoro cada uno de sus libros en cuanto caen en mis manos. Este, como tantos otros, no defrauda. Humanismo puro, una obra híbrida entre autobiografía, ensayo y reflexión sobre la medicina.

 

Miles de millones (Carl Sagan)

¿Carl Sagan otra vez? Pues sí. Leí este libro hace eones y este año ha caído de nuevo. Y me ha gustado más que la primera vez que lo leí, aunque es cierto que como cualquier libro de divulgación los avances de la ciencia lo dejan algo desactualizado. No importa, la lírica de Sagan es atemporal.

 

Ficciones con ciencia (Pedro Meseguer)

Es un libro que se disfruta con calma y curiosidad. Me ha gustado porque propone una lectura amplia y sugerente de la literatura desde la mirada de la ciencia, sin encorsetarse en la ciencia ficción clásica ni caer en el tecnicismo innecesario. El autor demuestra una doble sensibilidad, científica y literaria, que se agradece. Cada reseña invita a releer (o descubrir) las obras que comenta.  El tono es divulgativo y ameno, interesado en hacer pensar e incitar a la lectura. 

 

La ciencia y el azar (Mireia Ortega) 

Una obra que fascina precisamente por cómo reconcilia el rigor con la sorpresa. Mireia Ortega nos lleva de la mano a través de un viaje por más de tres siglos de ciencia, no desde la perspectiva de las teorías perfectamente encadenadas, sino desde esos momentos aparentemente fortuitos en que la casualidad, la curiosidad y una mente atenta se combinan para producir descubrimientos que transforman nuestra comprensión del mundo. Lo que más brilla en este libro es su capacidad para desmitificar el proceso científico. Aquí no hay héroes solemnes que, con precisión matemática, alcanzan verdades eternas; en su lugar, encontramos seres humanos que tropiezan, observan lo inesperado y, gracias a su preparación y perspicacia, convierten lo accidental en avance. El relato del accidental hallazgo de la penicilina, de los rayos X o del velcro —entre muchos otros— no solo nos hace pasar un buen rato, sino que también nos lleva a reflexionar sobre la naturaleza misma del conocimiento científico, un proceso que a menudo se abre camino más por una serendipia (siempre en mentes preparadas) que por el cálculo exacto. Must

 

El gran salto al abismo (Jesús Sáez Carreras)

Me encantó este libro, esta historia de un personaje mítico como fue Carlos González, que merecería una serie de televisión sobre su vida. Un libro inspirador y aconsejable para cualquiera que se quiera acercar a la historia de la carrera espacial y el papel que tuvo España en el programa Apolo.

 

La herencia de Eva (Carmen Estrada)

Tuve el honor de compartir docencia con Carmen en uno de los cursos de este verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Aparte de ser una persona encantadora, Carmen representa el siempre interesante y necesario perfil de una científica de alto nivel, como lo es ella, interesada en las humanidades y el mundo clásico. Este libro es una gozada para todos los que disfrutamos con aquello que se llama Tercera Cultura.

 

Tesla y Einstein juegan al ajedrez (Eugenio Manuel Fernández Aguilar) 

Otra genialidad de Eugenio M. Fernández Aguilar, quizá el divulgador científico nacional en mejor forma este año. Es un libro de divulgación que recomiendo en especial porque cuenta buenas historias a partir de objetos cotidiano. La estructura de cada capítulo es uno de sus grandes aciertos. Primero se presenta un invento concreto y se cuenta su historia, con sus protagonistas, contextos y problemas reales. Después, el autor desciende a la ciencia que hay detrás, explicando con claridad los principios físicos, químicos o tecnológicos implicados. Y, por último, cada capítulo se cierra con una propuesta de experimento, sencilla y didáctica, que permite al lector acercarse de primera mano a ese conocimiento científico y comprobarlo por sí mismo. Por ejemplo, el secador de pelo. Sabemos que el agua hierve a 100 °C en condiciones ideales, pero también sabemos —por pura experiencia cotidiana— que un derrame de agua en una encimera de cocina se seca en un rato sin llegar a esa temperatura. La explicación está en el modelo cinético-molecular de la materia, desarrollado por científicos como Daniel Bernoulli, Ludwig Boltzmann y James Clerk Maxwell, que describe cómo las moléculas se mueven y cómo algunas pueden escapar de la fase líquida incluso a temperaturas moderadas. Gracias a ese conocimiento, inventores como Alexander Godefroy pudieron diseñar dispositivos capaces de acelerar la evaporación: el secador de pelo deja de ser un simple electrodoméstico para convertirse en una aplicación directa de la física estadística. Un libro muy pedagógico, ameno y estimulante, que invita tanto a leer como a pensar y experimentar.

 

¿Cómo sobrevivir a la incertidumbre? (Anabel Forte)

Este libro me atrapó desde sus primeras páginas por cómo desmonta la idea de que la estadística es algo árido o solo numérico para convertirla en una herramienta viva para entender el mundo. A través de situaciones cotidianas y la vida de una familia corriente (como puede ser también la mía), Anabel Forte nos muestra que casi todas las decisiones que tomamos —desde interpretar una encuesta o un gráfico hasta evaluar la probabilidad de lluvia o de un diagnóstico médico— descansan en conceptos estadísticos que vale la pena conocer. Lo que más me ha gustado es cómo combina contexto, historia y explicación científica, ya que en cada capítulo se plantea un problema real o una pregunta familiar, se contextualiza con personajes e hitos históricos y después se explica la teoría estadística que hay detrás, siempre con claridad y rigor, pero sin perder el pulso humano. Imprescindible.

 

La formación de los elementos químicos (Enrique Nácher y Sergio Pastor)

Es un libro que cumple con los estándares de la colección de Catarata.  Rigor y amenidad. En este caso, sobre la formación de los elementos químicos. Está muy bien escrito y es un texto divulgativo muy aconsejable si os interesa esta temática. 

 

Viaje al mar de la tranquilidad (Hugo Young, Bryan Silcock y Peter Dunn)

Esta delicatesen es  una crónica entusiasta y detallada de, en mi opinión, el momento más emblemático del siglo XX: la llegada del ser humano a la Luna. Publicado en plena euforia espacial es una narración solo apta para espaciotrastornados, ya que el estilo puede cansar. Los autores trazan un relato que mezcla historia, ciencia y periodismo. Desde los primeros pasos de la exploración lunar hasta la culminación con la misión Apolo 11, su narrativa explora las motivaciones políticas, tecnológicas y humanas que impulsaron la gran odisea lunar. Lo dicho, solo para enfermos como yo y otros tantos que pululáis por aquí, que os conozco. ;) 

 

Pioneros del cosmos (Antonio Pérez Verde)

De mis mejores lecturas de este año que acaba. Antonio Pérez Verde es un gran escritor y divulgador; y este es uno de esos libros que nos recuerdan por qué la divulgación científica importa. Con una prosa clara y elegante, Antonio nos guía por la historia de quienes ampliaron nuestra mirada del universo, no desde el pedestal del genio aislado, sino desde la realidad humana de la ciencia, esa ciencia de los cielos del trabajo paciente, intuición, errores y descubrimientos que, poco a poco, fueron dando forma a nuestra idea del cosmos. El autor combina rigor con cercanía, evitando los tecnicismos innecesarios sin renunciar a explicar las ideas fundamentales que cambiaron nuestra forma de entender el cielo. Pero lo que hace más grande a este libro no es solo lo que cuenta, sino cómo lo cuenta. Pioneros del cosmos es un homenaje a la ciencia como empresa colectiva y a quienes, a menudo desde la sombra, hicieron posible los grandes avances. Es una lectura que informa, inspira y ensancha horizontes, recordándonos que cada vez que miramos al cielo lo hacemos gracias a generaciones de mujeres y hombres que se atrevieron a preguntar. Un gran libro de historia de la ciencia, de los que se leen con placer y se recomiendan con entusiasmo. No os lo perdáis. 

 

Lo que no te esperas del sexo (Raquel Carnero y Luis Marcos)

Este divertido libro se adentra en el terreno de la sexualidad real —lejos de clichés, silencios y moralinas— para hablar con claridad de infecciones de transmisión sexual, prevención, riesgos y falsas creencias. Lo hace con un tono directo y cercano, apoyado en información científica sólida, demostrando que se puede explicar bien sin asustar, y concienciar sin caer en el paternalismo. Aquí el conocimiento no se usa para juzgar, sino para ayudar. Me ha gustado bastante, la verdad.

 

Con algoritmos y a lo loco (Clara Grima)

Siempre digo que la divulgación de las matemáticas es el subgénero más difícil de tratar. Y aquí Clara lo hace de forma magistral, con la naturalidad que la caracteriza, con su rigor y pasión por la comunicación. Es un libro divertido, ameno, cercano y de alto valor divulgativo. 

  

Historia de los dientes y dentistas (José Ramón Alonso)

Otro colosal trabajo de este titán de la divulgación. En esta ocasión nos lleva por los caminos de la historia a través de un elemento tan presente e importante como son los dientes. Es una gozada de libro.

 

El río de la conciencia (Oliver Sacks)

Todo lo que escribió Sacks es una delicia, pese a que este año hemos descubierto esto. Polémica aparte, este libro recoge diez ensayos póstumos escritos con la curiosidad insaciable que caracterizó toda su carrera. Aquí Sacks no se limita a la neurología clínica, sino que explora con su habitual mezcla de rigor y escritura elegante temas como la evolución, la memoria, la percepción del tiempo, la creatividad y la propia naturaleza de la conciencia, enlazando a Darwin, Freud o William James con observaciones sorprendentemente vívidas sobre plantas, animales y la mente humana. 

 

Diccionario meteorológico y climático (José Miguel Viñas)

Versión en tamaño manejable de Conocer la meteorología, que reseñé tal día como hoy pero en 2019.  No lo he vuelto a leer, pero sí a consultar en varias ocasiones. Es un imprescindible.

 

Historia del cero (Eugenio Manuel Fernández Aguilar)

Lo que he dicho antes: Eugenio está en forma. Y lo vuelve a demostrar con otro título publicado este año. Un ensayo divulgativo ambicioso que convierte un símbolo aparentemente simple —el cero— en protagonista de una de las revoluciones intelectuales más profundas de la historia humana. Eugenio Manuel Fernández Aguilar traza con claridad el viaje cultural y matemático de esta idea: desde su ausencia en las antiguas civilizaciones de Egipto y Mesopotamia hasta su pleno desarrollo en la India, su paso por el mundo islámico y su consolidación en Europa medieval, y finalmente su centralidad en nuestra era digital. El cero deja de ser «nada» para ser la piedra angular de la aritmética posicional, del código binario que sostiene la informática y de muchas de las estructuras que damos por sentadas en la ciencia y la tecnología. Para mí, lo más valioso de este libro no es solo explicar cómo surgió y se difundió este concepto, sino hacerlo con una sensibilidad histórica, filosófica y cultural. Eugenio nos invita a reflexionar sobre el vacío, la ausencia y el sentido de lo inexistente, mostrando cómo el cero no solo transformó las matemáticas, sino también nuestra forma de pensar y de concebir el mundo. Librazo.

 

Enigmas matemáticos para resolver mientras haces caca (Santi García Cremades)

Divertidísimo. Y de lo más estimulante. Confieso que he estado inmerso en estos desafíos pero no lo he hecho en la fría situación que sugiere su título. Tampoco hay que ser estrictamente matemático para seguir ciertas indicaciones. Y además recomiendo leerlo con lápiz y papel cerca; y mejor un papel que permita escribir. Lo más valioso de esta pequeña e irreverente obra es su capacidad de reunir entretenimiento y educación. Cada enigma funciona como un pequeño destello de eureka, una invitación a jugar con ideas matemáticas. Leedlo porque pasaréis un buen rato.

 

La teoría de todo lo demás (Dan Schreiber)

Es un libro tan loco como su título promete. Se trata de una colección de ideas, fenómenos y teorías tan extravagantes, provocadoras y descojonantes que desafían nuestra manera habitual de pensar sobre el mundo. Schreiber reúne en esta obra una especie de antología de curiosidades que va desde las preguntas profundas sobre la existencia y el universo hasta los misterios más mundanos (como por qué las cortinas de la ducha se mueven hacia dentro) y las teorías más audaces sobre fantasmas, viajes en el tiempo o civilizaciones ocultas. Ideal para pasar un gran rato y descubir anomalías y rarezas varias.

 

Una apacible turbulencia (Antonio Ayuso)

No sabría cómo clasificar este libro, si como de divulgación o como prosa poética. Lo cierto es que me ha gustado especialmente, con solo una ligera salvedad que explicaré después. Estamos ante un precioso ensayo que emerge como una de esas lecturas capaces de hacerte mirar el mundo con ojos nuevos. Y lo hace desde la compleja física de un simple humo de cigarrillo que se enrosca en el aire hasta los remolinos que forman los ríos, donde cada pregunta aparentemente trivial se convierte aquí en una vía para explorar los lazos entre la ciencia, la filosofía y la experiencia humana. Ayuso invita a pasear por lo empírico y lo trascendente sin separarlo del todo de lo cotidiano, cruzando sin esfuerzo la frontera entre una observación técnica y una reflexión existencial sobre nuestra relación con el conocimiento.  Es una mezcla de rigor científico y sensibilidad literaria, un cóctel de ciencia y poesía.

Por poner un pequeño «pero», que me dejó bastante desconcertado, hay un momento del libro donde se cita un estudio sobre el fenómeno de la biocomunicación, algo que podría quedar bien dentro del tono general del libro, con metáforas de todo tipo. Pero es que ese estudio en concreto es todo un ejemplo de anticiencia. Solo era necesario aclararlo en las notas finales del libro. Ojalá lo haga el autor en una próxima edición.

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Resto de lecturas (novelas, poesía, ensayos y cómics): 

 


 Los dedos de la aurora (Luis Alberto de Cuenca)

Dickinson y las violetas (Jesús Marchamalo) 

Animales difíciles (Rosa Montero) 

Ultra Brutal (Miguel Ángel Martínez)

Entender el cómic (Scott McCloud) 

Alan Moore: Biografía (Gary Spencer) 

El vigilante de sala (J.M. Coetzee) 

Daredevil amarillo (Jeph Loeb y Tim Sale)

La visión (Tom King, G. Hernández y Michael Walsh)

La lana de la salamandra (Giampiero Rossi) 

Marvel. 80 años: la historia de un fenómeno de la cultura pop 

El último barco a América (Paco López Mengual)

Carpe diem (Emilio del Río) 

Obra hermética (Moebius) 

El fin del arte (Tatiana Abellán) 

La vida imaginada (Jesús Marchamalo) 

Un libro para cada año de tu vida (Fernando Bonete) 

Pudimos ser héroes (Graziella Moreno)

Cien libros, una vida (Antonio Martínez Asensio)

Alas de cisne (Luis Alberto de Cuenca) 

A cara descubierta (Luis Alberto de Cuenca)

Morir dos veces (Susana Rodríguez Lezaun) 

La galería (Nacho Ruiz)

U.N.I. (Antonio Garber)

Guerra mundial Z (Max Brooks)

Alimentar a los fantasmas (Tessa Hulls)

No todos volvimos de Troya (Maru Bernal)

Animales mitológicos (Carlos Lobato)

Amor, poesía, sabiduría (Edgar Morin)

Superman All-Star (Grant Morrison)

Blackwater. La riada (Michael McDowell)

Sobre la felicidad (Séneca)

Sobre lo útil (Cicerón)

Paseos al claro de luna (Antonio López Fonseca)

La filosofía en la antigua Roma (Antonio López Fonseca y José M. Ruiz Vila)

Valdepeñas, muy heróica y benemérita ciudad (Tomás García Castro)

Cuentos (Ray Bradbury)

Winter Queen (Fernando Dagnino)

El invitado de Drácula (Bram Stocker)

Daredevil. Padre (Joe Quesada)

El lado feo del bordado (Nacho Tomás)

La vacuna contra la insensatez (José Antonio Marina) 

El mundo acabará en viernes (Manuel Moyano)

El cuaderno oscuro (Miguel Ángel Delgado)

La huerta en haikus (VV.AA.)

Tres cucharadas de lentejas (Paco López Mengual)

Encías quemadas (Natalia Velarde) 

 

¡Feliz 2026! 


 
 

1 comentario:

  1. Si os apetece una opinión más detallada sobre lo que no es divulgación, podéis dejarme un comentario indicando la obra que os cause curiosidad. ;)

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