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domingo, 29 de marzo de 2020

'Del mito al cosmos' [Charla en la Facultad de Física de la Universidad de Sevilla]

Hoy comparto con todos vosotros esta charla, por cortesía de la Facultad de Física de la Universidad de Sevilla. Aunque la impartí hace casi un año, desde ayer puede verse en el canal de innovación docente de esta facultad. 

A modo de sinopsis:

Los mitos clásicos nos hablan de personajes extraordinarios, seres imposibles, habitantes de un mundo que no se corresponde con la realidad que conocemos: dioses y diosas, animales increíbles, hombres y mujeres inmortales, guerreras invencibles, gigantes, sirenas y monstruos. La mitología ofrece una cosmogonía propia, una interpretación acerca de cómo funciona el universo en un espacio temporal que desafía toda lógica y sentido común. Algunos mitos surgen como explicación a todo lo que sucede en nuestro mundo natural, nos cuentan la causa o el origen de los fenómenos atmosféricos, los eclipses, las estaciones climáticas, los elementos, el fuego, las mareas, los planetas, las estrellas o el destino del universo.

Desde la Antigüedad hemos mirado al cielo buscando respuestas, pero con la llegada de la ciencia lo observamos ahora para, principalmente, hacerle preguntas.




Espero que os guste. ;)

Abrazos

domingo, 25 de noviembre de 2018

Del mito al laboratorio [Libro]

No puedo estar más contento. Desde bien jovenzuelo he sido un devorador de libros de divulgación científica, siempre ha sido mi pasión, pero jamás pude imaginar que algún día pudiera ver mi nombre en la portada de uno de ellos. Bueno, soñar sí que lo he soñado, pero nunca de forma realista. Pues bien, ese sueño ha sido posible. Y ha sido gracias a este blog, desde donde os lo estoy contando, y a todos vosotros. Jamás pude imaginar que llegara un día en el que... os presentara un libro. ;-)

Ese día ha llegado.




SINOPSISCincuenta y seis personajes mitológicos de las culturas griega, romana y nórdica, entre otras, cuyos nombres e historias captaron la atención de la comunidad científica


La mitología clásica ha alimentado durante miles de años todas las formas de expresión en las humanidades y las bellas artes. Los mitos surgieron como posible explicación de fenómenos naturales, pero también para responder a eternas preguntas sobre el origen y destino de nuestra especie, un esfuerzo imaginativo para superar los límites del saber racional de cada época. Por eso, no resulta extraño que la ciencia y la tecnología se hayan impregnado a menudo de la mitología clásica, y en especial para inspirar la nomenclatura de invenciones y descubrimientos. Del mito al laboratorio nos habla de esos personajes mitológicos, cuyos nombres e historias captaron la atención de la comunidad científica hasta el punto de homenajearlos al bautizar muchas «criaturas» nacidas de sus investigaciones.
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Desde mañana, lunes 26 de noviembre, en todas las librerías.

jueves, 2 de agosto de 2018

La influencia de la mitología en la ciencia (51ª Parte): Talos

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]


Talos en la película Jasón y los Argonautas (1963)

En la Creta minoica, Talos era un colosal gigante de bronce que protegía a la isla de los invasores extranjeros. Fue uno de los regalos de Zeus a Europa como muestra de su amor tras su rapto. Surgido de la fragua de Hefesto, el autómata Talos daba la vuelta a la ínsula de Creta tres veces al día para ahuyentar a los moradores y evitar que los habitantes de la isla salieran sin permiso. Cuando veía acercarse un barco con intenciones sospechosas le lanzaba enormes piedras y llegaba a volverse incandescente introduciendo una hoguera en su pecho metálico. Una hoguera en la que acababan abrasados aquellos a quienes capturaba. 

Pero tal ostentación de fuerza y de poder invencible escondía una debilidad. Talos era vulnerable en un punto de una de sus piernas de bronce, en concreto en la salida de una vena -que recorría desde su cuello a uno de sus pies- y que tenía tapada con un clavo a la altura del tobillo. Para que Jasón y los Argonautas pudieran entrar en Creta, la hechicera Medea convenció a Talos con la promesa de ganar la inmortalidad de que debería quitarse el clavo de su tobillo. Embriagado por las pócimas de la bruja, Talos retiró el clavo que tapaba su vena y murió tras perder el icor, la sangre de los dioses con la que Hefesto lo había rellenado al construirlo. Una historia cuyo final nos recuerda a la del héroe Aquiles y su talón.



Mononosacáridos artificiales y un dinosaurio

En Bioquímica, la talosa es un monosacárido (carbohidrato sencillo que no puede dividirse por hidrólisis) de seis átomos de carbono que contiene un grupo aldehído. Es lo que se conoce como aldosa y en concreto aldohexosa. La talosa es soluble en agua y entre sus pocos usos destaca como reactivo para identificar y caracterizar una enzima de la bacteria anaerobia Clostridium thermocellum. La talosa no se encuentra como tal en la naturaleza sino que se obtiene tras un proceso de síntesis química. Quizá por esto se nombrara como el artificial autómata Talos, aunque es un dato que podemos leer en muchos sitios pero no está totalmente confirmado.


D-Talosa



Con el nombre de Talos se conoce también a un género extinto de dinosaurios terópodos del Cretácico. Su tamaño era de unos dos metros de largo y pesaban menos de 50 kilogramos. El único espécimen conocido hasta la fecha fue encontrado en el año 2008 por el equipo del geólogo y palentólogo Michael Knell en la meseta de Kaiparowits de Utah (EEUU). 


Recreación de Talos sampsoni | Fuente


La elección del nombre de Talos sampsoni es muy curiosa y esconde una sorpresa. De esta manera lo contaba el equipo descubridor en un artículo científico publicado en la revista científica PLOS Biology (la traducción es mía):


«Talos (griego), se refiere al mítico protector de Creta, a menudo representado como alado, que sucumbió a una herida en el tobillo. El nombre también es un juego de palabras con 'talon', que significa garra agudamente enganchada en inglés. El epíteto específico honra a Scott D. Sampson, artífice del Proyecto de la Cuenca de Kaiparowits»

Y aquí viene la sorpresa. ¿Quién es Scott D. Sampson? ¿Os suena? Seguro que algunos de vosotros, y sobre todo los que tenéis niños pequeños, recordáis la serie de dibujos animados Dinotren (Dinosaur train) que Clan TV emitió hace unos años. Exacto, es el mismo Doctor Scott que aparecía siempre al final dando una explicación o aclaración de algunos de los conceptos tratados en el capítulo.


El Dr. Scott rodeado de los protagonistas de la genial serie Dinotren

Scott Donald Sampson (1961) es un popular paleontólogo canadiense que dedica parte de su tiempo a la divulgación científica. En la actualidad es el presidente de Science Word, un importante complejo museístico de ciencia situado en su Vancouver natal. 

Como científico, Scott es experto en dinosaurios terópodos carnívoros del Periodo Cretácico Superior y ha sido codescubridor de los Manjungasaurus y los Masiakasaurus, ambos encontrados en la isla de Madagascar. Como curiosidad, destacar que una especie tipo de este último se nombró como Masiakasaurus knopleri en homenaje al gran Mark Knopfler, cuya música acompañó al equipo de paleontólogos durante las excavaciones.

No se me ocurre mejor manera de terminar que con la delicia del ¡Tengo una hipótesis! de la serie Dinotren. Inolvidable. :) 




NOTA: Esta entrada participa en la LXIX Edición del Carnaval de Química alojado en el recomendable blog Destilando Ciencia de @adancoal, resucitador del Carnaval ;)

sábado, 30 de junio de 2018

La influencia de la mitología en la ciencia (50ª Parte): Procusto

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]


Procusto y Teseo | Fuente: British Museum

Procusto (el Martilleador), hijo de Poseidón, conocido en la antigua Grecia también como Damastes, Porcoptas o Polipemón, era un posadero y un cruel asesino protagonista de una historia mitológica bastante curiosa.

Procusto regentaba una posada en las colinas de Ática, al final de un camino que prácticamente exigía parar para repostar. En ella albergaba dos tipos de camas especiales: una corta y una larga. Los viajeros que pasaban por su local eran engañados con una aparente amabilidad para que pasaran la noche. Pero cuando llegaba la hora de acostarse, Procusto, en función de la altura de sus huéspedes, adaptaba el tamaño de la cama. 

Si eran altos, hacía que se tumbasen en la cama corta y cortaba las extremidades para ajustarlos al lecho, y si eran más bajos, los acomodaba en la cama larga y les estiraba las piernas a golpe de martillo. Otra versión del mito dice que solo tenía una cama y alargaba o reducía al incauto viajero en función de su altura, pero el resultado final era el mismo, la muerte.

Y así perpetró estos crímenes durante años hasta que el héroe Teseo, que venía de vencer al Minotauro, se alojó en casa de Procusto y le pagó con su misma moneda. Teseo convenció a Procusto para que se acostara en una cama, con la excusa de comprobar si realmente sus lechos se ajustaban a su estatura, momento que aprovechó para atarlo y descuartizarlo a hachazos.


Un síndrome psicológico relacionado con el trepismo, un método estadístico, un término informático y mucho más

Pese a que no aparece en los manuales de Psicología en uso, se conoce como Síndrome de Procusto a la situación de que una persona actúe con desprecio o rechazo hacia las personas que destacan (sobresalen) en algún campo o actividad, ya sea laboral o personal, para aprovecharse de él. Es una manera muy bonita, y el mito de Procusto viene que ni pintado, de explicar lo que se conoce en el mundo del trabajo como Promoción organizacional desleal o trepismo, un concepto sobre el que se ha escrito mucho. De la misma manera que las plantas trepadoras se encaraman a un soporte para conseguir su ascenso hacia zonas luminosas, existen personas que escogen esta forma de promoción dentro de su organización -encaramándose o en ocasiones martilleando a otros- como medio para acceder a puestos de nivel superior o simplemente para atribuirse los méritos ajenos. El trepismo se diferencia el acoso porque en este último existe un maltrato, mientras que la persona a la que se trepa no se la maltrata directamente sino mediante la apropiación de su trabajo. 

Sandman, de Neil Gaiman

En matemáticas se conoce como Análisis de Procusto (o de Procrustes) a una serie de métodos estadísticos que aplican la teoría de grupos para analizar la distribución de un conjunto de formas. 


Superposición de Procusto

Y en informática, una cadena procusteana es una porción de caracteres con una longitud fija donde se almacena un texto. Si el texto es demasiado corto se rellena el resto de la cadena con blancos o nulos. Si es demasiado largo, se recorta. Igual que hacía nuestro personaje de hoy.


«Lecho de Procusto», «procústeo» y «procusteano», constituyen un cajón de sastre de términos para referirse a aspectos de la política, de las organizaciones y de la Ergonomía (donde procústeo significa lo contrario de ergonómico). Y mucho más...

Existen muchas referencias a este mito en la cultura. Por destacar algunas, y para terminar, os dejo estas:

- En el relato corto La carta robada, de Edgar Allan Poe, el detective protagononista Dupin utiliza la metáfora del lecho de Locusto para criticar la rigidez metódica de la policía francesa.
- Autores como el filósofo francés Jacques Derrida o el esloveno Slavoj Zizek lo aplicaron al análisis o críticas de textos.
- El lecho de Procusto: Aforismos filosóficos y prácticos,  es el título del último libro del escritor Nassim Nicholas Taleb. 
Sleepless Nights in the Procrustean Bed es una colección de ensayos del escritor de ciencia ficción Harlan Jay Ellison, que murió hace un par de días.
- Vince Gilligan, el creador de la serie Breaking Bad, utilizó también la metáfora del lecho de Procusto cuando en una entrevista explicó las carambolas que tenía que hacer para ajustar los episodios a una duración de 47 minutos y 7 segundos.

lunes, 26 de marzo de 2018

La influencia de la mitología en la ciencia (49ª Parte): Ida

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]


Monte Ida, en Creta. El lugar donde nació Zeus | Fuente

La ninfa Ida, en la mitología griega, fue una de las hijas del rey Meliseo de Creta. Era hermana de Adrastea, Amaltea y Melisa. La titánide Rea les encomendó la crianza del pequeño dios Zeus, que permaneció escondido en una cueva de las montañas cretenses durante años, para evitar ser devorado por Cronos. Zeus se alimentó de miel de abeja y la leche de Amaltea.


El primer asteroide con satélite descubierto, un género de orquídeas y un fósil

(243) Ida es un satélite del cinturón de asteroides descubierto en 1884 por el astrónomo austriaco Johann Palisa (1848-1925) desde el Observatorio de Viena, al que llegó tras ser director del Observatorio de la Marina de Austria, que actualmente es el famoso Observatorio de Pula. Palisa era todo un caza-asteroides y se le otorga el descubrimiento de 122 en total, además de un cometa, el C/1879 Q1 [1].

En agosto de 1993, la sonda espacial Galileo realizó una serie de fotografías de Ida [2], que en ese momento fue el segundo asteroide en ser visitado por una misión espacial. El 17 de febrero de 1994, la astrofísica Ann P. Harch del JPL/NASA se encontraba revisando las imágenes de Galileo y observó un pequeño punto que finalmente se confirmaría como un satélite de Ida. Fue el primero en descubrirse y Harch, que también fue la salvadora de la misión NEAR Shoemaker, consiguió tener un asteroide con su nombre, el (9251) Harch [3].


Ida y su satélite Dáctilo | Fuente: NASA

El nombre de Ida fue propuesto por el cervecero y astrónomo aficionado Moriz Von Kuffner, y el de su satélite, descubierto casi un siglo después, recibió el nombre de Dáctilo por la Unión Astronómica Internacional (IAU). Los mitológicos dáctilos eran una especie de genios -mitad hombres, mitad espíritus- hijos de Rea, quien durante su parto había dejado clavada en la tierra las huellas de sus dedos desgarrados por el dolor (daktylos, dedo en griego).


Existe un género de orquídeas epífitas (las que no necesitan suelo para desarrollarse porque crecen en el tronco y ramas de otras plantas) originario de Sudamérica que reciben el nombre de Ida.


Ida jamesiorium originaria de Perú| Fuente

Hay 34 especies descritas de este género de plantas, donde destacan la Ida jamesiorium, la caribeña Ida barringtoniae o la Ida heynderycxii.


Y también se conoce como Ida a un extraordinario y polémico fósil de Darwinius masillae (un primate extinto) descubierto en el yacimiento de Messel (Alemania) en 1983, y que hace unos años se nos quiso vender como el eslabón perdido de los primates. En 2009 se presentó a bombo y platillo en Nueva York como «el ancestro más primitivo de los primates modernos», y por tanto, de los humanos. Sus descubridores, que publicaron el hallazgo en la prestigiosa revista Plos One, lo definieron como 'la octava maravilla del mundo' y el revuelo que causó llenó los periódicos de titulares con su imagen.


Fósil Ida | Fuente

Los recelos iniciales de parte de la comunidad científica por la atribución como eslabón perdido de los primates de este fósil de 47 millones de años de antigüedad se confirmaron pocos meses después, cuando los paleontólogos del equipo de Erik R. Seiffert lo tumbaron -sin piedad- en un artículo publicado en la revista Nature

Analizando las características de otro ejemplar fósil de unos 37 millones de años y comparándolo con primates vivos y extintos, llegaron a la conclusión de que Ida nunca pudo ser un antepasado de los primates superiores sino que se extinguió[4].  

En este caso el nombre de «Ida» no se le dio por inspiración mitológica, sino era el nombre de la hija de un paleontólogo noruego. Pero en todo caso, la historia es tan interesante que valga esto como excusa para contarla. 


Más información y referencias adicionales:
[1] Johann Palisa, the most successful visual discoverer of asteroids
[2] 243 Ida
[3] Hero astronomer who helped save spacecraft rewarded with celestial gift
[4] Convergent evolution of anthropoid-like adaptations in Eocene adapiform primates

domingo, 4 de febrero de 2018

La influencia de la mitología en la ciencia (48ª Parte): Psique

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]


Psique en el inframundo (1865), de Eugène Ernest Hillemacher

El mito de la bellísima y valiente Psique es una de las historias de la mitología clásica más conocidas y representadas en el mundo del arte (poesía, ópera, drama, pintura, escultura y tapices), especialmente tras el redescubrimiento en el Renacimiento de la obra El asno de oro, escrita por Lucio Apuleyo en el siglo II d.C.

En la mitología grecorromana, Psique era la hija menor de unos monarcas sin nombre que gobernaban un reino sin nombre en la península de Anatolia. Tan bella era Psique que los súbditos de aquella región descuidaban el culto a Venus (Afrodita), la diosa del amor, la belleza y la fertilidad. Que la adoración fuera a una mortal y no a la diosa que le correspondía por imperativo fue algo que irritaba mucho a Venus que le encargó a su hijo Cupido (Eros) que castigase tal afrenta. La idea era que el poderoso Cupido, con sus flechas capaces de provocar el amor apasionado e irracional a quién las recibiera, buscara al hombre más horrible y vil del mundo para ponerlo delante de Psique y lanzarle el dardo que provocara que lo amara incondicionalmente. Pero el plan falló. Cupido, en un descuido, utilizó una de sus flechas para rascarse en el momento justo cuando estaba frente a la bella Psique y se enamoró perdidamente de ella. 

Cupido se llevó a Psique a su colosal palacio, repleto de tantas joyas, tesoros y manjares que harían feliz a cualquier mortal, pero solo la acompañaba en la oscuridad de la noche para que ella no descubriera su identidad divina. Las hermanas de Psique la visitaban con frecuencia y, envidiaban de tal manera su vida de lujo y abundancia, que comenzaron a advertirla de que quizá pasara las noches con un monstruo abominable. Convencieron a su hermana menor de que debería encender una lámpara para ver el rostro de su misterioso amante y salir de dudas. Y de paso, para llevar un puñal con el que asesinarlo si así fuera necesario. Cuando Psique encendió la lámpara se encontró con la divina belleza de Cupido, quizá el dios más bello del Olimpo. Pero todo salió mal, porque Cupido se despertó y huyó volando, al sentirse traicionado por que su amada no respetara sus deseos de anonimato, y al verla empuñando un afilado cuchillo.

Psique, desesperada, intentó pedir perdón a Cupido pero no obtuvo respuesta. Acudió a Venus para que intercediera, pero la diosa del amor seguía ofendida y no olvidaba que la belleza de esta mortal la había eclipsado durante años. Con el fin de eliminarla, le impuso cuatro pruebas que serían difíciles para un dios, pero con certeza imposibles para una débil mortal como nuestra protagonista.

La primera de las pruebas consistía en clasificar una tonelada de trigo mezclada con semillas, garbanzos, lentejas y maíz, para que lo separara todo en menos de un día. Las lágrimas de Psique ante tal exigencia hicieron que una hormiga se apiadara de ella y reclutara un ejército de insectos que le resolvieron la tarea. La segunda prueba fue la de coger la lana de oro de unas terribles ovejas asesinas que vivían tras un río. Psique lo consiguió recogiéndola de las zarzas de la orilla. En tercer lugar, Venus le pidió que le trajera el agua negra de una fuente de los ríos Estigia y Cocito, una fuente que protegían unas monstruosas criaturas implacables. Psique lo consiguió con la ayuda de Júpiter, al que convenció para que le enviara su poderosa águila para ayudarla. Y quedaba para el final la más difícil de las pruebas. 

Como última tarea, Psique debería de adentrarse en el inframundo de Plutón (Hades) para conseguir una parte de la belleza de la diosa Proserpina (Perséfone) y guardarla en una caja que Venus le había proporcionado. Para acceder al mundo de los muertos la mortal Psique, en su inocencia, pensó que lo mejor que podía hacer era arrojarse desde lo alto de una torre, pero una voz misteriosa le indicó en el último momento que había una alternativa para acceder al inframundo. La misma voz le dijo cómo engañar al perro guardián Cerbero con unos pasteles y cómo conseguir que la llevara el barquero Caronte mediante el pago de un óbolo de plata. 

Proserpina accedió a entregar parte de su belleza a Psique, falsamente conmovida con sus aventuras en busca del perdón y el amor, y le entregó la caja que contenía el misterio de su belleza divina. La curiosidad pudo con Psique y decidió abrir la caja con la sorpresa de que estaba vacía en su interior. Pero aunque no se veía contenido alguno dentro de ella, se desprendieron al abrirla los vapores invisibles del «sueño estigio», el narcótico que provoca el olvido a los muertos cuando llegan al Hades.

Cupido, que continuaba enamorado de la bella mortal y había seguido todo su viaje heróico (era la voz que escuchaba Psique), bajó en picado desde los cielos para limpiarle la cara y retirarle el vapor del sueño estigio con un beso. Con la intervención de Júpiter, a cambio de que Cupido le ayudara con sus conquistas, el dios de los dioses dio su autorización y bendición para que Psique bebiera la ambrosía, y así convertirse en una diosa y que pudiera casarse con Cupido y vivir su amor mutuo eternamente felices. Si comieron perdices es algo que no reflejan los textos clásicos.

Una raíz griega y un curioso asteroide
El verbo griego psycho significa «soplar» y la voz psico (phykhe) significa «alma». Esta raíz se usa en palabras compuestas como psicología, psicosomático, psicosis, psiquiatría y otras muchas, para referirse a la mente humana.

(16) Psique es un interesante y extraño asteroide, descubierto por el astrónomo italiano Annibale de Gasparis (1819-1892) desde el observatorio napolitano de Capodimonte en 1852. Y digo interesante porque es una rareza de nuestro Sistema Solar porque está compuesto mayoritariamente de los metales níquel y hierro, lo que lo hace especialmente «goloso» para la futurible minería espacial. Pero sin ir tan lejos, en Psique podríamos encontrar algunas respuestas para la ciencia en relación a nuestro propio núcleo terrestre debido a su composición similar. De hecho, se cree que Psique, con sus 210 kilómetros de diámetro, es el núcleo de los restos de un planeta del tamaño de Marte, que perdió sus capas rocosas debido a las colisiones con otros objetos hace miles de millones de años.

Modelo 3D de Psique | Fuente

La NASA acaba de aprobar apenas hace un mes una misión espacial para lanzar una sonda espacial hacia Psique. Habrá que esperar hasta 2023 para el lanzamiento y a 2030 para la llegada a su superficie. Pero quién sabe, quizá lo que nos encontremos sea un viaje inesperado al centro de la Tierra. Julio Verne estaría muy contento. ;-)

Representación artística de la nave espacial Psique
llegando a su asteroide homónimo | Fuente: NASA

miércoles, 16 de agosto de 2017

La influencia de la mitología en la ciencia (47ª Parte): Amón

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]


Representación típica de Amón 
durante el Nuevo Reino | Fuente


En la mitología egipcia al dios egipcio Amón (Amén, Amún) se le aplicaba el epíteto de «rey de los dioses», hecho que hizo que los griegos lo asimilaran con Zeus. A Amón se le representaba con una cabeza de carnero con cuernos retorcidos. Era tenido como dios que mantenía la creación y de la fertilidad. Su esposa era Amonet o Amenet, una diosa protectora personificación del viento del norte, dador de vida.

Un gas, un fósil y una gema

El amoniaco recibe su nombre procedente del término griego ammōniakón, que significa «del oásis de Amón». Conocido desde la antigüedad, el historiador Herodoto lo menciona como presente en forma de efluvios (ahora sabemos que era cloruro de amonio) en unos depósitos de sal cerca del templo de Amón en la actual Libia donde se calentaba estiércol de camello. Parece ser que el nombre se lo puso el químico sueco Torbern Bergman (1735-1784), famoso por sus aportaciones en la notación de la Química.

Templo de Karnak, el gran santuario de Amón | Fuente

El amoniaco (NH3) es un gas incoloro con un olor muy característico. Y su importancia en la última centuria ha sido objeto de ríos de tinta, desde la revolución de la agricultura como fertilizante hasta su uso como precursor de explosivos, industria textil y un largo etcétera.

Los amonites, moluscos cefalópodos que vivieron hace 400 millones de años en el periodo Devónico Medio se llaman así por Plinio el Viejo (23-79 d.C), que en su Historia Natural asoció estos fósiles al cuerno de Amón por su forma enrrollada, en latín Amonius cornu. De ahí derivó hacia la voz Ammonite.

Existe una preciada -y preciosa- gema de amonite, aunque no es la única, que le hubiera encantado particularmente a la diosa griega Iris por su deslumbrante carácter iridiscente. Fue descubierta cerca de Lethbridge, en Alberta (Canadá) y se expone en el Museo Americano de Historia Natural. ¿Quién dijo que los fósiles eran aburridos?

Fuente


NOTA FINAL: Esta entrada ha sido posible gracias a Óskar González (@Oskar_KimikArte), profesor de la UPV/EHU, y todo un maestro en amalgamar la Química y el Arte. Echad un vistazo a su blog KimikArte y a sus colaboraciones con el Cuaderno de Cultura Científica, que son una absoluta delicia. Muchas gracias por ponerme en la pista de Amón, Oskar. :-)

domingo, 14 de mayo de 2017

La influencia de la mitología en la ciencia (46 Parte): Epimeteo

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]


Pandora y Epimeteo en pleno acto de pasión.
El voyerista es Pan. | Fuente

Epimeteo (en griego antiguo «el que reflexiona o llega más tarde») era en la mitología griega uno de los hijos del titán Jápeto y de la oceánice Clímene, siendo más conocido por ser hermano de Prometeo.

Y fue Prometeo quién desafió al poderoso Zeus y entregó el fuego a los mortales. En castigo a tal afrenta, Zeus mandó a Hefesto que moldeara en arcilla a Pandora, una bella y curiosa criatura a quién la diosa Atenea le insufló la vida. Fue Hermes, el astuto mensajero, el que siguiendo las instrucciones de la venganza de su padre Zeus preparó todo para que Epimeteo se casara con Pandora, pese a las advertencias previas de su hermano Prometeo.

En cuanto Pandora se instaló en el mundo de los mortales, abrió la tapadera de una vasija que traía con ella como regalo de bodas y esparció por el mundo enfermedades y castigos que antes no existían como el trabajo, la locura, la vejez... Solo la esperanza descansaba en el fondo de la vasija, de la caja de Pandora.

Epimeteo y Pandora engendraron una hija, Pirra, que contrajo matrimonio con el rey Deucalión, hijo de Prometeo y Pronea, y el equivalente griego al Noé de la Biblia. Tras el diluvio ordenado por Zeus para destruir la humanidad sobrevivieron Epimeteo, Pandora y su hija Pirra dentro de un arca, tras nueve días y nueve noches de lluvia interminable que arrasó la humanidad. Una vez a salvo viajaron a Delfos para consultar el oráculo con la finalidad de sulpicar a Zeus que repoblara la Tierra. Zeus accedió, y así, las rocas que arrojó Deucalión desde el monte Parnaso se convirtieron en hombres y las de Pirra en mujeres.

Una luna de Saturno y un asteroide

Con el nombre del titán Epimeteo se designó a uno de los satélites naturales de Saturno, descubierto en diciembre de 1966 por el astrónomo observacional estadounidense Richard L. Walker. Días antes, el astrónomo francés Audouin Dollfus desde el observatorio del pic du Midi de Bigorre de los Altos Pirineos franceses había descubierto un objeto muy similar, Jano, pero hubo que esperar a principios de los ochenta cuando la confirmación definitiva de que eran dos satélites distintos vino de la mano de la sonda Voyager I. Fue entonces cuando recibieron la denominación mitológica.


Epimeteo fotografiado por la sonda Cassini el 30 de enero de 2017 | Fuente

Epimeteo es un un cuerpo helado, poroso y pequeño, tiene alrededor de 115 kilómetros de diámetro y presenta multitud de cráteres en su superficie, algunos de hasta 30 metros de ancho. La presencia de estos cráteres sugiere que debe ser bastante viejo. Gira en la misma órbita que Jano e intercambian sus posiciones orbitales (de exterior a interior y viceversa) alrededor de Saturno cada cuatro años.


En el cinturón de asteroides existe un objeto de unos ocho kilómetros de diámetro llamado Epimeteo, el (1810) Epimetheus. Le debemos su descubrimiento a los astrónomos Ingrid van Houten-Groeneveld, Cornelis Johannes van Houten y Tom Gehrels que lo observaron por primera vez desde el observatorio del Monte Palomar el 24 de septiembre de 1960. El asteroide Epimeteo tarda 1212 días en completar una vuelta al sol.


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Bonus: 

Relacionado con la historia de la caja de Pandora no he podido evitar recordar un maravilloso diálogo de Sandman de Neil Gaiman, un duelo entre Sueño y un demonio sobre creaciones o conceptos cada vez más poderosos que se van destruyendo, y que os transcribo a continuación:
«Demonio: Muy bien. Yo muevo primero... Soy un lobo solitario, merodeador, asesino.

Sueño: Soy un cazador, a caballo, caza lobos.

Demonio: Soy un tábano, enemigo de caballos y cazadores.

Sueño: Soy una araña de ocho patas, comemoscas.

Demonio: Soy una serpiente, devora arañas, venenosa.

Sueño: Soy un buey, pesado, aplasta serpientes.

Demonio: Soy un antrax, bacteria destruye vidas.

Sueño: Soy un mundo en el espacio, dador de vida.

Demonio: Soy una nova que explota... quemando mundos.

Sueño: Soy el Universo... abarco las cosas, abrazo la vida.

Demonio: Soy la antivida, la bestia del juicio. Soy la oscuridad al fin de todo. Fin de universos, dioses, mundos... de todo. ¿Y qué serás tú, soñador?

Sueño: La Esperanza.

Demonio: Oh, pues yo soy, sss, yo... yo... no lo sé.»


sábado, 11 de marzo de 2017

La influencia de la mitología en la ciencia (45ª Parte): Pan

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]

Escultura de Pan encontrada en Pompeya | Fuente

Para los antiguos griegos Pan era una divinidad campestre que se representaba de forma antropomórfica pero con cuernos, orejas y patas de cabra. Llevaba un bastón de pastor y tocaba un instrumento de viento parecido a una flauta pero con nueve agujeros llamado siringa. 

Este dios de los pastores y rebaños, hijo de Hermes y una ninfa, tenía un carácter lascivo y muy juguetón. Uno de sus poderes era el de infundir un miedo salvaje dirigido a un grupo de personas que los hace comportarse como animales aterrorizados. De ahí el origen de la palabra «pánico».

Una de las historias más famosas que se le atribuyen a Pan es la relacionada con la batalla de Maratón. El héroe Filípides fue enviado para pedir ayuda a los espartanos y cuando cruzaba Arcadia se encontró en su camino a Pan. Éste le reprochó al soldado que los atenienses no le tuvieran ninguna estima como dios pero a pesar de ello les iba a ayudar contra los persas. Tras ganar la batalla se instituyó en Atenas el culto a Pan con un altar en la Acrópolis.

En la mitología romana la correspondencia de Pan era el dios Fauno


Una curiosa luna de Saturno y el cráter más grande de Amaltea

El dios Pan da nombre a una de las lunas del planeta Saturno. En concreto a esta. Lo que vais a ver a continuación es difícil de creer.

Fuente: NASA / JPL-Caltech / Space Science Institute 

Sí, parece un ravioli, pero un ravioli gigante del tamaño de una ciudad como Nueva York y con una cresta en su ecuador que se estima en unos tres kilómetros de altura. Estas imágenes nos han llegado esta semana en alta resolución procedentes de la sonda Cassini y es una de estas maravillas que nos dejan con la boca abierta. 

Fuente: NASA / JPL-Caltech / Space Science Institute 

Resulta sorprendente también observar la escasez de cráteres en su superficie y las numerosas facturas que han puesto otra vez en el candelero las teoría sobre la formación de estos curiosos discos de acreción.

Para estar al día sobre este apasionante descubrimiento podéis consultar las novedades en la web de la NASA.


Pan también es el mayor de los cráteres de Amaltea, una de las lunas de Júpiter.


viernes, 3 de marzo de 2017

La influencia de la mitología en la ciencia (44ª Parte): Jano

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de la serie sobre la influencia de la mitología en la ciencia desde este enlace]


Jano en el Museo Vaticano | Fuente

Dios romano de los dos rostros. El guardián de las puertas, el dios del principio y del fin de las cosas, y uno de los más viejos del Panteón. 

Jano era una divinidad solar. Presidía el comienzo del día (Matutinus pater) y de ahí que se le hiciera el promotor de cualquier iniciativa humana. Para Ovidio, Jano es hijo de Caos y tomó su nombre y apariencia de dos caras tras la separación del aire, el fuego, el agua y la tierra. 

El culto a Jano parece ser que fue inculcado por el mismísimo Rómulo, fundador y primer rey de Roma. La adoración de Jano fue muy popular entre los romanos y se le honraba el primer día de cada mes en un templo dedicado a él y situado en el Foro, cuyas puertas permanecían abiertas durante la guerra y se cerraban en épocas de paz. Pocas veces se las vio cerradas.

El nombre del primer mes del año, Ianuarius, proviene de este dios romano y no existe un equivalente del mismo en la mitología griega.


Un satélite de Saturno, moléculas y nanopartículas con dos caras, y unas enzimas


Vista del hemisferio sur de Jano | Fuente

El dios Jano da nombre a una de las lunas naturales de Saturno. Fue descubierto el 15 de diciembre de 1966 por el astrónomo francés Audouin Dollfus desde el observatorio del pic du Midi de Bigorre, en los Pirineos franceses. Tres días después, el astrónomo Richard Walker hizo una observación similar desde el observatorio naval de Washington. En aquel momento se creía que eran el mismo objeto pero posteriormente se comprobó que eran dos distintos que compartían la misma órbita. Al descubierto por Walker se le nombró como Epitemeo (el hermano de Prometeo) y al descubierto por Dollfus se le bautizó como Jano. Ambos nombres se dieron oficialmente en 1983 tras la confirmación definitiva de que eran dos satélites distintos dada por la sonda Voyager I en 1980.

Jano tiene una peculiar forma que se asemeja a una patata y sus cráteres más prominentes reciben el nombre de Castor, Phoebe, Idas y Linceo. 


En el mundo anglosajón, porque a decir verdad nunca lo había escuchado en español, las moléculas de Jano (Janus-faced molecules) son aquellas que pueden proporcionar efectos biológicos tanto positivos como negativos. Un ejemplo de ellas podría ser la vitamina E, que como bien explican en este artículo, presenta las dos caras de una misma moneda. También al colesterol o al óxido nitroso pueden atribuirse las dualidad de nuestro personaje de hoy.



Producción de NP de Jano
En nanociencia, las partículas de Jano son un tipo especial de nanopartículas (NP) cuyas superficies tienen dos o más propiedades físicas distintas. Esta característica permite dos tipos de comportamiento para una misma partícula, por ejemplo, una NP puede tener una mitad de su superficie que sea hidrófila y la otra mitad hidrófoba. Unas propiedades anfifílicas de lo más interesantes y con prometedoras aplicaciones.



Y por último, las quinasas de Jano son un tipo de enzimas asociadas a los receptores de las citoquinas, unas proteínas de bajo peso molecular muy importantes en la comunicación celular. 



Esquema que muestra la situación del las quinasas de Jano en el contexto
de la señalización  destinada a la regulación génica | Fuente