lunes, 31 de diciembre de 2012

Algunos libros de divulgación que he leído en 2012

El Kindle ha hecho estragos respecto a 2011

No ha sido un año tan productivo como 2011, pero visto el resultado final no me puedo quejar. Espero al menos haber ganado la apuesta con mi buen amigo @omalaled (Historias de la ciencia). Como se puede comprobar en la foto anterior tomada hoy mismo, la pila de libros es sensiblemente inferior en tamaño a la del año pasado. Y ello es debido a la irrupción en mis hábitos lectores del Kindle, ese invento del demonio (en sentido figurado... o no tanto). Os dejo con los libros de divulgación científica que he leído y un mini-comentario personal con las impresiones que me ha causado cada uno de ellos. Lamento no tener tiempo para extenderme más. Cuando tenga más tiempo haré alguna reseña más completa de algunos de ellos, especialmente de los dos últimos.

13 cosas que no tienen sentido (Michael Brooks)
Un libro muy desconcertante, alterna capítulos apasionantes y entretenidos con cagadas sonadas, por ejemplo, cuando habla de homeopatía. Lo dicho, desconcertante.

La razón estrangulada (Carlos Elías)
Muy recomendable. No te deja indiferente. Hay algunas cuestiones polémicas con las que no estoy de acuerdo con las expresadas por el autor, pero en líneas generales me parece un libro muy valiente que dice verdades como puños sobre el estado de la ciencia en nuestro país. 

Consilience (Edward O. Wilson)
Una obra maestra. Si no sabes que es la consiliencia, este es tu libro. Imperdible. Repito: obra maestra.

Autobiografía de Darwin (Charles Darwin)
Leí hace años otra autobiografía, pero esta edición es distinta, es la edición no censurada. Se trata de un acercamiento más profundo a la figura Charles Darwin, especialmente en lo que concierne a sus ideas sobre la religión.

Radicales libres (Michael Brooks)
Este autor me vuelve a dejar desconcertado. No sé si recomendar este libro, porque cuenta algunas anécdotas que no son ciertas, pero realmente engancha y está bien escrito. Ahí lo dejo.

Rascar donde no pica (Pere Estupinyá)
Este libro recoge las caras B de El ladrón de cerebros. Más de lo mismo, con lo cual mi recomendación si te gustó el primer libro de Pere. A mí me gustó mucho y el precio para libro electrónico es muy razonable, por no decir casi regalado (1,49 €).

Los avances de la química (Bernardo Herradón)
Mi magdalena de Proust de este año. Le hice una reseña en febrero. Te guste la química o no, hay que leerlo. Si no te gusta la química, no sabes lo que te pierdes, o mejor dicho ¡Piérdete! :-P

Las matemáticas del sistema solar (Manuel de León y V.V.A.A)
Pequeño libro, pero interesante. Lectura amena y fácil.

Química imaginada (Roald Hoffmann)
Una delicia para paladares exquisitos. De muestra, un ejemplo. Y otro.

Herejes de la ciencia (Alejandro Polanco)
Una recopilación muy currada de @alpoma en la que nos ofrece pequeñas pinceladas biográficas de grandes de la ciencia y su legado.

Yo y la energía (Miguel A. Delgado)
La introducción es espectacular, solo por eso merere la pena leerlo. Los textos de Tesla son un poco más aburridos, pero siempre interesantes.

De los quarks a la próxima extinción (Pedro J. Cascajosa Arroyo)
Fantástico libro. Como reza su subtítulo, Un viaje fascinante por la historia del universo y su vida. No digo más, hay que leerlo. Ah, además está disponible de forma gratuita aquí. Buenísimo.

El canon científico (José Manuel Sánchez Ron)
Un libro que recoge una lista de los libros y personajes que todos deberíamos conocer para tener una visión más global de la ciencia. Como en todas las listas, no están todos los que son pero son todos los que están (o algo así). Recomendable.

Los engaños de la mente (Susana Martínez-Conde)
Lo devoré en un par de días. Una explicación desde la neurociencia cognitiva de muchos trucos de magia. Y más cosas. Muy entretenido.

Los productos naturales ¡vaya timo! Edición revisada (JM Mulet)
Aunque lo leí el año pasado, este año he vuelto con la relectura y con reseña propia en el número cinco de Journal of Feelsynapsis. Descojonante y punzante, one more time.

Por amor a la Física (Walter Lewin)
Entretenido. Bastante. Los amantes de la física lo disfrutarán. Los demás, lo dudo.

Imagine: How creativity works (Jonah Lehrer)
Sí, sí, conozco toda la polémica con este libro y su autor pero me gustó mucho. Me pareció muy estimulante y divertido. Lo recomiendo. Lo leí en su versión original, quizá por eso soy tan magnánimo.

The elements of murder (John Emsley)
Una obra maestra. Y punto. Una pena que no exista versión traducida al español. John Emsley es un autor que he comenzado a leer por recomendación de mi amigo Bernardo Herradón (@QuimicaSociedad) y se ha convertido en un imprescindible. Gracias Bernardo. Emsley rules!

Ideas para la imaginación impura (Jorge Wagensberg)
Interesantes reflexiones muy bien escritas. Me gustó especialmente este fragmento.

Vanidad, vitalidad, virilidad (John Emsley)
Magnífico. Un alegato contra la quimifobia que debería recitarse por las calles. Leedlo.

The poisoner's handbook (Deborah Blum)
Otro delicioso libro que no está traducido al español. Se sufre pero se aprende. Me encantó. Una maravilla. 

Este libro le hará más inteligente (V.V.A.A.)
Tras un título insulso se esconde una recopilación de artículos cortos de algunas de las mentes más lúcidas del momento. Lectura fácil y muy recomendable. No es que profundice mucho, pero es que no da tiempo en el formato en el que está escrito.

Ya está el listo que todo lo sabe (Alfred López)
366 curiosidades contadas con un estilo desenfadado y fresco a la par que riguroso. Alfred tiene una mano maestra para este tipo de cosas. Un libro que recomiendo encarecidamente por divertido y detonador de la curiosidad.

Quántum (Manjit Kumar)
Fue leer esta reseña de mi amigo Sergio (@FCF_Plus) y no me pude resistir. Grandioso.

¡Ellos fueron! (Mauricio-José Schwarz)
Un libro muy entretenido y ameno. Relatos cortos sobre historias y personajes de la ciencia. Lo recomiendo sin discusión.

Pensar rápido, pensar despacio (Daniel Kahneman)
A este libro le sobran muchas páginas, pero reconozco que ha modificado mi manera de pensar. Solo por eso, merece la pena. Y mucho.

Neurociencia para Julia (Xurxo Mariño)
Hacía falta un libro como este en nuestro país. Siempre he pensado que existía un hueco en la divulgación de la neurociencia a un nivel básico. Hay libros muy buenos pero requieren bastantes conocimientos previos y a veces resultan un tanto aburridos. El libro de @xurxomar es un libro-trampa. Comienza con un nivel como de colegio, crees que es para adolescentes, pero te atrapa en conceptos más complejos y te lleva a un estimulante recorrido por toda la neurociencia. Despierta la curiosidad sea cual sea tu preparación previa. Y lo hace de forma magnífica, sin que te des cuenta. Me parece espectacular y le haré una reseña como Cajal manda.

La nariz de Darwin y otras historias de neurociencia (José Ramón Alonso Peña)
Lo he terminado hoy, y con total seguridad me atrevo a decir que es el mejor libro que he leído este año. No me extraña que haya recibido un premio Prismas este año. Merece reseña propia pero os adelanto que si os gusta el estilo de este mi humilde blog, ese esfuerzo con el que intento unir la ciencia con la historia de las personas que la han hecho posible, si os gusta EPAP, os gustará mucho La nariz de Darwin. Salvando las infinitas distancias, por supuesto. Humanismo en estado puro.

Y hasta aquí los libros que podemos clasificar como de divulgación científica. He leído también algo de novela y/o ciencia ficción (El legado de Prometeo, El viaje de Argos, El mapa del tiempo, Héroes y villanos, etc...), las memorias de Christopher Hitchens (Hitch-22), Freakonomics, este libro sobre el mito de Frankenstein y algún otro más que no recuerdo (a propósito). En fin, un año que pasa en el que me quedo con las ganas de leer más.

Feliz 2013, amigos. Os deseo lo mejor, pero sobre todo ¡SALUD!  

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Reto EPAP #23

Os dejo con el último reto del año. Muchas gracias a todos por la cálida acogida que han tenido estos "mini-rompecabezas" desde que comenzaron este verano hasta la fecha. En particular, mi mas sincero agradecimiento a los comentaristas más activos: @EDocet, @QuimicaSociedad y @moigaren, este último se ha mostrado intratable en casi todos los retos, y los dos primeros han aportado unos contra-retos muy estimulantes. Seguimos aprendiendo en 2013 :-)



Y ahora, ¿qué personaje se esconde tras estas pistas?

1. Químico británico.
2. Siendo muy joven montó su primer laboratorio en el ático de su casa.
3. Durante la Segunda Guerra Mundial destacó como desactivador de explosivos.
4. Ocupó un puesto de responsabilidad en una conocida revista.
5. De su labor de investigación destaca especialmente una, relacionada con la Ingeniería Química.

Salud!

NOTA: Este reto participa en en la XX edición del Carnaval de Química organizado por @bioamara en el blog La Ciencia de Amara.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Reto EPAP #22

Pista

1) Estudió derecho en París.
2) Su padre era profesor de matemáticas.
3) A lo largo de su vida tuvo dieciocho hijos de los cuales solo tres llegaron a ser adultos.
4) Una ley lleva su nombre, y no precisamente una ley en el sentido jurídico del término. Fue publicada casi setenta años después de su muerte, pero en realidad no fue descubierta por nuestro personaje.
5) Una "ventana" y un cráter lunar llevan su nombre.

martes, 18 de diciembre de 2012

Vivimos en un mundo inmerso entre la inmensidad de otros [Extracto del libro 'La conexión cósmica' de Carl Sagan]



«Hay un lugar con cuatro soles en el cielo: rojo, blanco, azul, y amarillo; dos de ellos están tan cerca uno del otro que se tocan, y entre ellos se extienden las estrellas.
Conozco un mundo con un millón de lunas.
Conozco un sol que tiene el tamaño de la Tierra, un sol con diamantes.
Hay núcleos atómicos de 1600 metros de ancho que giran treinta veces por segundo.
Hay diminutos granos entre las estrellas, con el tamaño y composición atómica de las bacterias.
Hay bacterias que abandonan la Vía Láctea. Hay inmensas nubes de gas que penetran en la Vía Láctea.
Hay plasmas turbulentos que se retuercen con poderosas explosiones estelares y con rayos X y gamma.
Hay, quizá, lugares fuera de nuestro universo.
El Universo es vasto y pavoroso, y por vez primera estamos formando parte de él.
Los planetas ya no son luces que vagan por el firmamento nocturno.
Durante siglos, el hombre vivió en un universo que parecía seguro y agradable, incluso limpio. La Tierra era el blanco de la creación y el hombre, el pináculo de la vida mortal. Pero estas nociones alentadoras y de arcaica belleza no soportaron la prueba del tiempo.
Ahora sabemos que vivimos en un diminuto trozo de roca y metal, en un planeta más pequeño que algunas de las relativamente menores manchas de Júpiter, y algo que resulta casi insignificante cuando lo comparamos con una sencilla mancha del Sol.Nuestra estrella, el Sol, es pequeña, fresca y poco insinuante, uno de los doscientos mil millones de soles que forman la Vía Láctea.
Estamos situados tan lejos del centro de la Vía Láctea que la luz tarda unos treinta mil años en llegar a nosotros desde allí, viajando a una velocidad de unos trescientos mil kilómetros por segundo. Estamos en lo que podríamos llamar casi el borde de la galaxia donde no existe acción alguna. La Vía Láctea es totalmente insignificante, ya que no es más que una galaxia más entre miles de millones de otras galaxias esparcidas por la inmensidad aterradora del espacio.
"El mundo" ya no se puede traducir por "el universo". Vivimos en un mundo inmerso entre la inmensidad de otros» 
-Carl  Sagan,  La conexión cósmica- 

sábado, 8 de diciembre de 2012

Reto EPAP #21

Puede que nuestro personaje aparezca en esta foto o puede que no

Vuelven los Retos EPAP. ¿Qué personaje de la historia de la ciencia se esconde tras las siguientes pistas?:

1. Origen aristócrata.
2. Estudió con Rutherford y según parece fue testigo de una de las reacciones más importantes de la química industrial: la síntesis de amoniaco (Proceso de Haber).
3. Fue nominado en múltiples ocasiones al premio Nobel y rechazado otras tantas principalmente por motivos políticos. Al final lo consiguió.
4. Sus descubrimientos tienen importantes aplicaciones en muchos ámbitos, especialmente en medicina.
5. Utilizó sus conocimientos de química para "ocultar" a las fuerzas de ocupación nazi dos importantes objetos que le habían confiado. [Esta curiosa anécdota sirve para enseñar un poco de química general y puede ampliarse en los comentarios].

NOTA: Este reto participa en en la XX edición del Carnaval de Química organizado por @bioamara en el blog La Ciencia de Amara.

jueves, 6 de diciembre de 2012

La sinfonía del plomo



El 26 de marzo de 1827 fallecía en Viena a los 56 años de edad el compositor y director de orquesta Ludwig Van Beethoven, una de las más importantes, influentes y conocidas figuras de la historia de la música. Aunque durante los últimos años se ha insinuado (Christian Reiter, 2007) con evidencia científica discutible[1] y mucha repercusión mediática que la causa directa de su muerte fue un envenenamiento por plomo, lo cierto es que a pesar de la escasez de datos objetivos que confirmen su muerte por intoxicación aguda con este metal, sí hay pruebas reales (muestras de pelo y huesos[2]) de que Beethoven sufriera una intoxicación por exposición a plomo a lo largo de su vida y fuera éste un factor determinante que se agravó con otras patologías previas que sufría el compositor alemán.

El caso de Beethoven y su enfermedad crónica ocasionada por la intoxicación con plomo, es un clásico que se cita siempre que se estudia la toxicidad de este elemento químico y sus derivados, especialmente para explicar sus efectos en la personalidad y la conducta de quienes lo padecen o han padecido. Pero los efectos negativos para la salud provocados por la manipulación, ingestión y utilización del plomo nos acompañan desde hace miles de años.

El resto arqueológico más antiguo del que se tiene constancia son unas cuentas de collar metálicas y unos anillos encontrados en el asentamiento neolítico de Çatalhöyük, situado en la actual Turquía, y que datan del año 6.400 a.C. En estos objetos el plomo no se encontraba en su estado nativo sino fundido con otros metales[3]. De hecho, el plomo es un elemento químico que rara vez se encuentra en su estado elemental en la naturaleza, siendo su principal mena la galena (sulfuro de plomo) seguida de la cerusita o albayalde (carbonato de plomo).

Sus características de brillo, densidad, maleabilidad y resistencia a la corrosión hicieron que su uso fuera muy popular en la antigüedad, siendo empleado para múltiples aplicaciones: plomadas para la pesca o pulverizado como sombra de ojos en el antiguo Egipto, material para esculturas en la ciudad de Troya, vasos y recipientes en Mesopotamia, láminas de escritura en la Grecia de Hesíodo… Pero fueron los romanos los que desarrollaron una impresionante tecnología para la explotación a gran escala del plomo, empleándolo como recubrimiento de utensilios de bronce o cobre (vasos y ollas de cocina) o como metal constituyente de tuberías y conducciones en los acueductos. Incluso descubrieron su uso como conservante y aromatizante, siendo una práctica gastronómica habitual el cocer mosto o vino en un recipiente de plomo para obtener defrutum, carenum y sapa, las tres variedades más populares y consumidas por la clase alta de Roma.

Se han reproducido las condiciones en las que se fabricaba el sapa para analizar su contenido, obteniéndose un valor de 1.000 ppm de plomo en la bebida final. Bastaría con tomar una cucharadita de sapa al día para provocar una severa intoxicación crónica por plomo, así que no es de extrañar que algunos autores hayan propuesto una arriesgada –y probablemente equivocada- conjetura que señala a las intoxicaciones por plomo como causa de la caída del imperio romano[4].

Los efectos para la salud como consecuencia de la exposición a plomo han sido descritos desde muy antiguo. Nicandro (siglo II a.C.) describió el cólico y la parálisis que observaba en los envenenados por plomo. Clásicamente se atribuye a Hipócrates (en el 370 a.C.) como el primero en observar los síntomas en un trabajador del metal, pero al parecer no es del todo cierto (Waldron, 1978). Fue finalmente Dioscórides (siglo I d.C.) quién describió por primera vez de forma inequívoca la intoxicación por litargirio (PbO) de la siguiente manera: “El consumo de litargirio causa opresión en el estómago, el vientre e intestinos, dolorosos cólicos;… se retiene la orina mientras que el cuerpo se hincha y adquiere una fea tonalidad plomiza.”[5]

A través de la historia existen otras referencias de conocidos personajes, aparte de Beethoven, que han sido víctimas de la presencia del plomo en su trabajo. El pintor milanés Caravaggio tenía la poco higiénica costumbre de comer junto a sus lienzos y pinturas, un hecho por el que algunos autores han apuntado la posibilidad de que su muerte fuera debida a la ingestión del plomo inorgánico de los pigmentos con los que trabajaba. Un reciente análisis de los huesos de este genio del Barroco ha venido a dar más crédito a esta hipótesis[6]. Otros pintores como Vincent Van Gogh también han sido objeto de insinuación como víctimas de los óxidos de plomo, ya que lo empleaban en sus óleos, y se ha pretendido justificar ciertas conductas extravagantes o incluso violentas, como el mal carácter de Caravaggio, a causa del saturnismo que supuestamente padecían.

El plomo es un potente neurotóxico. Lo podemos encontrar a nuestro alrededor en diversas presentaciones: como plomo metal (muy peligroso cuando se funde a más de 500ºC), derivados inorgánicos (litargirio, minio, cromato de plomo, arseniato de plomo, sulfuro de plomo, etc.) y derivados orgánicos (acetato de plomo, tetraetilo de plomo, estearato de plomo, etc.). Los principales vehículos de exposición y contacto con plomo son el aire, el agua, el suelo, a través de algunos alimentos o artículos de consumo…, aunque la fuente más importante de intoxicación actualmente es la exposición laboral.

A la intoxicación por plomo se la denomina clínicamente como saturnismo o plumbosis. El término saturnismo tiene su origen la Edad Media cuando los alquimistas asociaron el plomo con Saturno, el planeta observable con el movimiento más lento, una característica que les sugería un planeta muy pesado, como lo es el plomo. Paradójicamente, el símbolo alquímico para el plomo era la guadaña de Saturno, la representación mitológica de la muerte, una correspondencia que no ha ido muy desencaminada con la historia de este metal.

La acción tóxica del plomo puede ser aguda (absorción de una dosis importante en un periodo corto de tiempo) o crónica (absorción de una dosis menor pero de forma continuada y repetida durante un largo periodo de tiempo). En la intoxicación aguda, tras la ingestión de agua o alimentos contaminados con plomo, se pueden apreciar los síntomas ya descritos desde la antigüedad: dolor abdominal, cólicos, oliguria, uremia…, hasta incluso llegar a parálisis, delirios, convulsiones debidas a la acción neurotóxica del plomo. Puede dejar secuelas neurológicas irreversibles o incluso causar la muerte.

La intoxicación crónica es más frecuente, sobre todo en el ámbito laboral e industrial. Pueden no manifestarse los síntomas hasta que ya es demasiado tarde. En una primera fase llamada presaturnismo, los afectados pueden presentar cansancio, dispepsia, insomnio, dolor muscular, alteraciones del carácter, y en algunos casos una línea azul violácea característica en las encías (ribete gingival de Burton) y que se corresponde con la acumulación de sulfuro de plomo en esa zona de la boca. Una fase posterior, ya como saturnismo, conduce a una anemia y a una agravación de los síntomas de la fase presaturnina, en especial los neurológicos: parálisis en los dedos de la mano, cefaleas, irritabilidad, hasta incluso llegar a delirios y convulsiones. En casos extremos (normalmente tras una crisis aguda) puede producirse lesiones renales irreversibles e incluso la muerte.

Las advertencias sobre los peligros del plomo, iniciadas con Dioscórides, han sido una constante recurrente hasta llegar a nuestros días. Quizá la más famosa de ellas vino de la mano de un octogenario, y siempre brillante, Benjamin Franklin, en una contundente carta de 1786 que ha pasado a la historia de la Medicina ocupacional[7]


Pero tuvieron que pasar muchos años, con el sufrimiento de incontables víctimas anónimas, muchas de ellas niños, hasta que se consiguió reducir o eliminar el plomo de nuestras casas, ríos, ciudades o lugares de trabajo. Algo que no ha sucedido con la misma velocidad en todos los países del mundo. Hace apenas un par de años 15.000 personas de la región china de Jiyuan tuvieron que ser desplazadas de sus hogares, muy próximos a fábricas de fundición de plomo, tras conocerse que más de 1.000 niños presentaban unos niveles de plomo en sangre tremendamente elevados. Por desgracia, queda mucho camino por recorrer.

Pocos años antes de morir, Ludwig Van Beethoven dejó escrita una carta para sus hermanos Carl y Johann. Una desgarradora epístola que ha pasado a la posteridad como el Testamento de Heiligenstadt, y cuyas palabras escritas hace 200 años, -en mi libre interpretación personal- reflejan la angustia y el lamento de todos aquellos que han sufrido injustamente las iras de Saturno alguna vez en su vida:


Oh vosotros, hombres que me miráis y me juzgáis huraño, loco o misántropo, ¡cuán injustos habéis sido conmigo! ¡Ignoráis la oculta razón de que os aparezca así! Mi corazón y mi espíritu se mostraron inclinados desde la infancia al dulce sentimiento de la bondad, y a realizar grandes acciones he estado siempre dispuesto; pero pensad tan solo cuál es mi espantosa situación desde hace seis años, agravada por médicos sin juicio, engañado de año en año con la esperanza de un mejoramiento, y al fin abandonado a la perspectiva de un mal durable, cuya curación demanda años tal vez, cuando no sea enteramente imposible.”
                                                   --Ludwig Van Beethoven, 1812--


[1] http://www.classicstoday.com/features/WasBeethovenLead-Poisoned2008.pdf 

[2] http://www.anl.gov/Media_Center/News/2005/news051206.html 
[3] http://www.jstor.org/pss/2742674 
[4] http://penelope.uchicago.edu/~grout/encyclopaedia_romana/wine/leadpoisoning.html 
[5] http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1081502/pdf/medhist00121-0077.pdf 
[6] http://www.guardian.co.uk/artanddesign/2010/jun/16/caravaggio-italy-remains-ravenna-art 
[7] http://www.jce.divched.org/journal/Issues/1981/Mar/jceSubscriber/JCE1981p0274.pdf

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Este artículo fue publicado originalmente en el número 2 de la Revista Journal of Feelsynapsis. 
Esta entrada participa en en la XX edición del Carnaval de Química organizado por @bioamara en el blog La Ciencia de Amara.

sábado, 1 de diciembre de 2012

El valle inquietante

Metrópolis (Fritz Lang, 1927)

El valle inquietante (Uncanny valley) es una hipótesis en el campo de la robótica propuesta por Masahiro Mori que afirma que cuanto más realista es un robot más nos gusta, hasta que un realismo algo mayor nos causa una respuesta de rechazo. Un rechazo que se convierte de nuevo en aprecio si el realismo es extremo y prácticamente indistinguible. Esta imagen lo explica mejor:

Fuente

Una recomendación: En el último número de la revista Journal of Feelsynapsis (se puede ver on line desde aquí) hay un magnífico artículo de Carlos Romá (@DrLitos) que recomiendo encarecidamente. Se titula La ciencia y Prometeo: de la pluma de Mary Shelley a las fantasías futuristas de Ridley Scott. Una imprescindible lectura para cualquier momento. Por ejemplo: ahora. :-) Buen fin de semana.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Aconitina: La reina de los venenos


Medea ofrece una copa a Teseo


Personajes de la ficción literaria como Andrés Hurtado (El árbol de la ciencia de Pío Baroja) o el padre de Leopold Bloom (Ulises de James Joyce) fueron víctimas voluntarias de su efecto letal. En otros casos, como lord Arthur Saville (El crimen de lord Arthur Saville de Oscar Wilde) fue elegida por su efectividad y toxicidad, y también fue la esencia con la que Medea intentó acabar con la vida de Teseo, si nos trasladamos hacia la mitología griega. Y más recientemente, en juegos de ordenador como Assassins Creed: La Hermandad, es un bien muy apreciado de obtener para continuar con vida y seguir la partida. Quizás a estas alturas ya habrás adivinado, querido lector, a quién nos estamos refiriendo. O quizás no. Nuestra mortal protagonista de hoy es la aconitina, la reina de los venenos, un letal agente tóxico menos conocido que su consorte -el clásico y popular arsénico- pero igual de implacable en proporcionar el tránsito, ya sea voluntario o malévolamente intencionado, hacia el oscuro y frío reino de Hades. 

Pero la realidad siempre supera a la ficción y la infame historia de esta sustancia se remonta a la antigüedad. Lo que empezó como una medicina tradicional se convirtió en uno de los tóxicos más empleados como arma química casera, impregnada en puntas de flecha, añadida a depósitos de agua o incluso también fue utilizada como veneno judicial en la Edad Media. 

A mediados del siglo XV el “Consejo de los Diez” de Venecia, una organización que ejercía como policía secreta del estado, disponía de un baremo de precios para el envenenamiento de los ciudadanos “indeseables”. El valor asignado dependía de la clase social de las víctimas y de la dificultad en acceder a ellos para matarlos. Se han conservado hasta nuestros días las actas en las que hacían constar el éxito en la eliminación de dichos “indeseables” marcándolos como factum[1] en el margen de cada archivo y describiendo el veneno que había sido empleado en cada ocasión. Rey y reina, arsénico y aconitina, fueron los más empleados durante muchos años.

Pero la infame historia de la aconitina no acabó con la llegada de tiempos más civilizados. Grigori Mairanovski, también conocido como el Profesor veneno o el Menguele ruso, fue un bioquímico soviético que dirigió el Laboratorio 1 del NKDV[2], un centro de investigación toxicológica destinado al desarrollo de venenos letales y sus antídotos, desde 1938 hasta 1946. La aconitina fue empleada para la eliminación de disidentes políticos y enemigos del pueblo soviético. El sueño de Mairanovski fue el de encontrar un veneno capaz de matar a una persona sin dejar rastro alguno en el análisis forense, la leyenda dice que él mismo fue víctima de tal sueño. Pero esa es otra historia. 




La aconitina es un alcaloide diterpénico, el más activo presente en el género de plantas Aconitum, siendo la raíz de esta familia de plantas fanerógamas el lugar en el que se encuentra en mayor cantidad. En Europa la más frecuente es el Aconitum napellus también conocida simplemente como acónito.

La aconitina, como compuesto químico, es la acetilbenzoilaconina (C34H47NO11), una sustancia poco soluble en agua pero soluble en alcohol, éter, pero sobre todo en cloroformo. La vía de exposición más frecuente como veneno es la digestiva, aunque también se puede producir la intoxicación a través de las mucosas o incluso de la piel por vía dérmica. La aconitina es capaz de producir la apertura de los canales de sodio de las células nerviosas y musculares. Una dosis elevada (alrededor de 0,2-1 mg) produce una sensación de hormigueo y picor en la boca, si ha sido ingerida, que se extiende hacia toda la cara y garganta. El pobre intoxicado tiene la sensación de que su cabeza aumenta de tamaño de forma desmesurada, una sensación que seguidamente se propaga al resto de su cuerpo y extremidades. Náuseas, malestar, vértigo, calambres, arritmia y hasta fibrilación ventricular son otros de los síntomas que pueden causar finalmente la muerte si la dosis absorbida ha sido tan solo de unos 2-3 mg. El malogrado súbdito que cae en las garras de la reina de los venenos es plenamente consciente en todo momento de tales padecimientos y mantiene su lucidez durante todo el curso de la intoxicación. 



Estructura cristalina de la aconitina | Cortesía de Bernardo Herradón (IQOG-CSIC)

No hay tratamiento específico para la intoxicación por aconitina. El tratamiento, con atropina o lidocaína, se dirige solo hacia los síntomas y las posibilidades de supervivencia cuando se han absorbido dosis de 2 o 3 mg de aconitina cristalizada son muy escasas. Si a esta dosis letal tan pequeña se le une la facilidad que tiene la aconitina para hidrolizarse y descomponerse, no es de extrañar que haya sido tan estudiada y utilizada como el supuesto veneno perfecto. Toda una reina, en definitiva. Una reina que el mismísimo noble lord Arthur Saville eligió cuidadosamente para sus perversos propósitos…


«Lord Arthur se quedó muy desconcertado ante los términos técnicos empleados en los dos libros y empezaba a recriminarse por no haber prestado más atención a sus estudios en Oxford, cuando en el tomo segundo de Erskine encontró una explicación acertadisíma y muy completa de las propiedades del acónito, redactada en un inglés clarísimo. Le pareció aquél el veneno que le convenía por todos los conceptos; era muy activo, por no decir casi instantáneo; en sus efectos no causaba dolores y, tomado en forma de cápsula de gelatina, como recomendaba sir Mathew, era insípido al paladar. Por tanto, anotó en el puño de la camisa la dosis necesaria para ocasionar la muerte, devolvió los libros a su sitio y se encaminó por la calle de Saint-James hasta casa de Pestle y Humbey, los grandes farmacéuticos»
                                              El crimen de lord Arthur Saville, Oscar Wilde.




[1] Hecho, en latín.
[2] Comisariado del pueblo para asuntos internos (en ruso: Народный комиссариат внутренних дел): Un departamento encargado de la seguridad del Estado pero con una turbina historia de crímenes y represiones políticas.

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Lectura recomendada:
El crimen de lord Arthur Saville, Oscar Wilde.

Bibliografía:
Toxicología fundamental. Manuel Repetto.
Manual de Medicina legal y Toxicología. Gisbert Calabuig y Villanueva Cañadas

Este artículo fue publicado originalmente en el número 3 de la Revista Journal of Feelsynapsis.
Esta entrada participa en la XIX edición del Carnaval de Química organizado por @scariosHR en su recomendable blog LEET ME Explain.




sábado, 24 de noviembre de 2012

I am starstuff


The nitrogen in our DNA, the calcium in our teeth, the iron in our blood, the carbon in our apple pies were made in the interiors of collapsing stars. 
We are made of starstuff
Carl Sagan

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Se acabaron los premios Bitácoras 2012 para 'Ese punto azul pálido'…


Y hemos conseguido el honroso décimo puesto en la categoría de Ciencia. Teniendo en cuenta que esta clasificación ha sido resultado de una votación popular, he de reconocer mi más profunda alegría por el resultado obtenido. Muchas gracias a todos los que me habéis apoyado. Es bastante probable que jamás alcance un resultado mejor en este tipo de premios… (pausa dramática) pero no importa, ahora toca disfrutar de este efímero baño de alegría.

Pero aunque todo haya acabado para EPAP, queda la final del próximo viernes en InterQué en la que tres grandes de la blogosfera se juegan la estatuilla. Como dije en mi anterior post, mi apuesta por el futuro de la divulgación científica está centrada en el mundo de los blogs, y estos tres grandes son un ejemplo de las "notorias excepciones" de las que hablé. Sigo opinando prácticamente igual.

Vamos a mojarnos: ¿Quién merece ganar un Bitácoras como mejor blog de ciencia en 2012? Pase lo que pase, estos tres pilares de la divulgación son ya ganadores, se les nota y me consta. Aunque suene a tópico, es verdad. Pero si Eureka y Gaussianos son merecedores de los más altos honores y galardones (y un riñón mío si me lo piden) por su trayectoria de tantos años en la brecha y su altísima calidad, hemos de ser coherentes y decir que el año 2012 ha sido el año de Scientia.  Y lo digo en un ejercicio de objetividad y perspectiva voluntario, dejando de un lado la lógica emoción y orgullo de ver a un gran amigo de toda la vida en una posición tan alta y admirable.

¿Por qué Scientia ha sido el mejor en 2012? 
Daremos 10 razones de esas que tanto le gustan a nuestro encapsulador favorito:

1. Los contenidos. Muy didácticos, de nivel de carrera de ciencias y enlazados con aspectos cotidianos, nada de abstracciones. Todo un logro que salta a la vista leyendo los comentarios de la gente que agradece la claridad en las explicaciones. Tras pasar por Scientia la experiencia de ir a un supermercado o leer la etiqueta de un producto de consumo doméstico es diferente.

2. El sentido del humor. Muy suyo, rozando lo gamberril, pero que no deja indiferente. Y para mí uno de los mejores aciertos de su estilo. Buscas descojonarte y sales aprendiendo conceptos de biología o química, que luego retienes en la memoria por asociación inverosímil. Es muy difícil conseguir ese mestizaje como lo hace Scientia.

3. El surrealismo. Unido al punto anterior -a veces me preocupaba la salud mental del encapsulador- las idas de olla élficas de Scientia unen magistralmente la cultura popular con la ciencia básica que se enseña en la universidad. Sus gustos musicales son también surrealistas, pero esa es otra historia.

4. La innovación. Este aspecto es menos conocido, pero Scientia ha trasladado su modus operandi a sus clases como pocos profesores universitarios han hecho. No ha sido el primero, pero ha dado el salto con un éxito apabullante. Una pena que su universidad no lo valore… de momento.

5. La ilusión. Cualidad de un buen blog. Si un blog consigue ilusionarte es porque quien está detrás está ilusionado con compartir su conocimiento. Escasean los blogs en los que esperas impaciente la publicación de una nueva entrada. Scientia ilusiona.

6. La valentía. Para enfrentarse a la caterva de trolls, algunos procedentes incluso del ámbito académico, hay que ser muy valiente. Pero eso es lo de menos, y no le quito importancia, pero a veces el problema surge de tu propio entorno social, que se mofa de la divulgación y no te comprende. Scientia se compromete y lucha sin traicionar a sus principios, con valentía y sin miedo.

7. La constancia. Todo el que tiene un blog sabe que mantener un ritmo de cantidad y calidad es muy difícil. Dos entradas por semana, de las curradas no como lo que hago yo de poner algún vídeo o cita de libro (:P), son muchas. Y quitan un tiempo que es más que platino para un padre de familia y profesional investigador y docente.

8. El trabajo de campo. El mundo de los blogs de ciencia se suele caracterizar por transmitir conocimientos a través de papers u otras publicaciones. En Scientia hay un periodismo de investigación que pisa la calle y suele contar lo que nunca hemos leído. 

9. El sentido de la trascendencia. Tengo la absoluta convicción de que cuando Scientia escribe, aparte de hacerlo con libertad, piensa mucho (pero mucho) cada mensaje que transmite, cada consejo, por si dentro de algunos años cierta personilla de parche en el ojo quiere saciar su curiosidad y mira hacia atrás. Para mí, personalmente, es la mayor virtud bloguera que se puede concebir. Admirable. 

10. La labor social. Para mí el punto más importante y por sí mismo por el que merece ser ganador y alcanzar el cielo. La denuncia, con rigor y seriedad, de los atropellos que vivimos por parte del marketing pseudocientífico que nos inunda. Scientia ha sido un azote de charlatanes de una de las peores lacras de nuestra sociedad: la de los que con conocimiento se aprovechan del sufrimiento y la ignorancia ajena para obtener un beneficio económico. Y lo ha hecho de forma magistral, poniendo en jaque a la industria cosmética, denunciando falsas terapias o siendo implacable con los mensajes quimifóbicos. En una sociedad donde todo el mundo usa Google, que alguien buscando soluciones o información a un problema que le preocupa encuentre la información en Scientia en vez de algún sitio dudoso, me parece de un valor impagable a nivel de mejora social. Mención especial aparte merece su compromiso con llevar sus punteros conocimientos sobre las ciclodextrinas al campo de la salud de los más olvidados y sensibles, o su dedicación por mejorar la cantera de la investigación en España.

Con diez o por cien razones más que podría escribir, concluyo afirmando que Scientia es de esos blogs, que son más que un blog (parafraseando un lema futbolístico muy conocido). Y durante este año que llega a su fin nos ha enseñado a vivir con los ojos abiertos. Con los únicos ojos con los que algún día contemplaremos un mundo mejor.

Suerte. Y que gane el campeón. ;-)

domingo, 18 de noviembre de 2012

El sentido de divulgar, los blogs de ciencia y todo lo demás

Antes de ayer lancé este tuit,

Hace unos días, Daniel Marín (Eureka) escribió una entrada en la que mostraba su preocupación por la tendencia que estaban sufriendo últimamente los blogs de ciencia hacia la superficialidad y la inmediatez. Le dejé el siguiente comentario:


«Me siento plenamente identificado con tus palabras, amigo. Y reconozco que soy de los blogueros que han languidecido hacia la pendiente resbaladiza de la dejadez. En mi caso es solo por un motivo: la falta de tiempo. 
Estoy totalmente de acuerdo contigo en que hay muchos blogs de ciencia muy buenos que no reciben ni apoyo ni difusión, ni siquiera respeto. Es triste. Y no hace falta ser muy avispado para darse cuenta de las envidias que suscitan. La superficialidad e inmediatez no es algo únicamente exclusivo de los blogs de ciencia, no, forma parte de la sociedad en general, basta echar un vistazo a nuestro alrededor. Una sociedad que maltrata a los que se esfuerzan, a los que eligen el camino duro, y premia la banalidad, el mangoneo y la ignorancia... Como dicen en esta película: "Esta es la vida que llevamos, la que elegimos. Y solo hay una cosa segura: Ninguno veremos el cielo"
https://www.youtube.com/watch?v=otphzoJzKgE
Un abrazo y nos leemos.»

Como dije en Twitter, hay notorias excepciones de blogs amateurs que realizan un trabajo encomiable, unos blogueros que nos desbordan con su talento y el dominio de cada tema sobre el que hablan. Blogueros que por amor al arte y a la ciencia sacrifican parte de su vida personal, y en ocasiones la laboral, para darnos grandes satisfacciones a sus lectores, y de las que cómodamente disfrutamos a golpe de click. Estos divulgadores científicos de la blogosfera, las notorias excepciones, merecen para mí un respeto absoluto y mi más sincera admiración y agradecimiento. Un agradecimiento y un respeto que intento mostrarles cada vez que puedo, ya sea en persona a los que conozco o a través de comentarios en sus blogs o en Twitter. 

Pero me preocupan. Y me preocupan especialmente porque la labor de mantener un nivel tan alto es muy difícil, y en los años que llevo leyendo divulgación científica amateur en formato blog he visto caer a los mejores. Todo el que es aficionado a este mundillo sabe muy bien a quién me refiero con los de ahora y con aquellos que han caído. Hoy no doy nombres, no por olvido, que no los olvido, sino porque son tantos que desviarían la atención y el mensaje general.
"Esta es la vida que llevamos, la que elegimos. Y solo hay una cosa segura: Ninguno veremos el cielo"
Pero soy optimista y creo que alguno verá el cielo. Es más un deseo que una predicción, pero pienso que es el mejor momento. Algunos lo rozaron, otros están en ello...

Si puedo aportar algo, desde mi humilde posición de aficionado y blog minoritario, lo haré. No debemos perder el rumbo ni dejarnos arrastrar por la comodidad del desánimo y la queja pasiva. Es el momento de actuar. La divulgación científica en España está en declive, basta asomarse a la nula presencia en la televisión, la residual en la radio o echar un vistazo a cualquier librería o quiosco. Por no hablar del maltrato que están teniendo museos, centros educativos y demás espacios que dedicaban su esfuerzo a la promoción de la cultura científica. 

Nos quedan los blogs de ciencia, blogs tras los que hay fantásticos divulgadores, cada uno con su estilo y marca personal. Blogs a los que lloramos cuando se marchan, pero que no apoyamos lo suficiente cuando los tenemos con nosotros. Es más, parece que hasta les exigimos y les apretamos como si pagáramos por ello, por no hablar del troll envidioso y dañino (jamás pensé que esta fauna pudiera morar por un sector tan especializado como la ciencia, pero lo hacen).

Hoy prácticamente todo el mundo tiene acceso a internet y utiliza Google para buscar información. Si se trata de ciencia, si se trata de iluminar la oscuridad, mi apuesta personal -desde el punto de vista del mero aficionado- es la de que los blogs de ciencia alcancen el cielo. No tengo ni idea del cómo o de qué más podemos hacer, pero ahí lo dejo. Yo mientras tanto, sigo con lo mío

Salud, amigos. :-)

jueves, 8 de noviembre de 2012

Estación espacial [Vídeo IMAX 3D]

Si tienes 45 minutos por delante, no se me ocurre mejor plan para esta tarde que el que veas este vídeo que acabo de encontrar. Una película deslumbrante y espectacular a partes iguales sobre la ISS. ¿Una más? Bueno, qué importa, y mil más, ¡todas a mí! que el aero/yuri-trastorno es lo que tiene. La narración corre a cargo de Tom Cruise..., no todo puede ser tan perfecto en esta adicción :-P
¡Disfrutad!


domingo, 4 de noviembre de 2012

¿Qué es la filosofía? ¿Para qué sirve? [Entrevista a Bertrand Russell]

Interesantes preguntas a las que nos responde Bertrand Russell en esta entrevista radiofónica grabada a principios de la década de los sesenta. Merece mucho la pena dedicar unos minutos para escuchar al gran maestro Russell en toda su lucidez intelectual. El vídeo está subtitulado al español.

jueves, 1 de noviembre de 2012

El comunicado de prensa [Extracto del libro 'Vanidad, vitalidad, y virilidad' de John Emsley]


«En resumen: al enfrentarse a temas nuevos claramente basados en comunicados de prensa, habría que ignorar cualquiera que tenga alguna de estas características:
1. Los que se presentan como gráficos, a menos que incluyan el origen.
2. Los que no incluyen el margen de error.
3. Los que se basan solo en una muestra de pequeño tamaño o una muestra cuyo tamaño no se indique.
4. Los que se presentan solo como porcentajes.
5. Los que influyen en las emociones.
6. Los que utilizan el lenguaje de la incertidumbre, con palabras y frases como "podría relacionarse con", "se cree que", "parece mostrar", o los que utilizan como referencia a grupos no específicos, como "los médicos están convencidos de", "los científicos creen actualmente", etcétera»                                                                                                          
                     -Epílogo. Quimifobia: Causas y cura. John Emsley- 

martes, 30 de octubre de 2012

lunes, 29 de octubre de 2012