martes, 18 de diciembre de 2012

Vivimos en un mundo inmerso entre la inmensidad de otros [Extracto del libro 'La conexión cósmica' de Carl Sagan]



«Hay un lugar con cuatro soles en el cielo: rojo, blanco, azul, y amarillo; dos de ellos están tan cerca uno del otro que se tocan, y entre ellos se extienden las estrellas.
Conozco un mundo con un millón de lunas.
Conozco un sol que tiene el tamaño de la Tierra, un sol con diamantes.
Hay núcleos atómicos de 1600 metros de ancho que giran treinta veces por segundo.
Hay diminutos granos entre las estrellas, con el tamaño y composición atómica de las bacterias.
Hay bacterias que abandonan la Vía Láctea. Hay inmensas nubes de gas que penetran en la Vía Láctea.
Hay plasmas turbulentos que se retuercen con poderosas explosiones estelares y con rayos X y gamma.
Hay, quizá, lugares fuera de nuestro universo.
El Universo es vasto y pavoroso, y por vez primera estamos formando parte de él.
Los planetas ya no son luces que vagan por el firmamento nocturno.
Durante siglos, el hombre vivió en un universo que parecía seguro y agradable, incluso limpio. La Tierra era el blanco de la creación y el hombre, el pináculo de la vida mortal. Pero estas nociones alentadoras y de arcaica belleza no soportaron la prueba del tiempo.
Ahora sabemos que vivimos en un diminuto trozo de roca y metal, en un planeta más pequeño que algunas de las relativamente menores manchas de Júpiter, y algo que resulta casi insignificante cuando lo comparamos con una sencilla mancha del Sol.Nuestra estrella, el Sol, es pequeña, fresca y poco insinuante, uno de los doscientos mil millones de soles que forman la Vía Láctea.
Estamos situados tan lejos del centro de la Vía Láctea que la luz tarda unos treinta mil años en llegar a nosotros desde allí, viajando a una velocidad de unos trescientos mil kilómetros por segundo. Estamos en lo que podríamos llamar casi el borde de la galaxia donde no existe acción alguna. La Vía Láctea es totalmente insignificante, ya que no es más que una galaxia más entre miles de millones de otras galaxias esparcidas por la inmensidad aterradora del espacio.
"El mundo" ya no se puede traducir por "el universo". Vivimos en un mundo inmerso entre la inmensidad de otros» 
-Carl  Sagan,  La conexión cósmica- 

8 comentarios:

  1. La ciencia hecha poesía. Sagan era de los pocos que podía hacerlo...

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  2. Totalmente de acuerdo, Sergio. Esa capacidad de fascinar con las palabras me sigue impresionando.

    Un abrazo

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  3. Estoy pensando que esto quedaría genial en viñeta, al estilo de ZenPencils:

    http://zenpencils.com/comic/52-phil-plait-welcome-to-science/

    Un saludo

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  4. They are very convincing and will definitely work.

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