martes, 24 de agosto de 2010

Boli, guarde, peli, cole...El arte de acortar las palabras

¿Por qué acortamos las palabras? Una pregunta de difícil respuesta. Lo que sí está demostrado es que las palabras más frecuentes son las más cortas. Incluso existe una ley empírica sobre esto: La Ley de Zipf

Esta ley afirma que un pequeño número de palabras son utilizadas con mucha más frecuencia que otras más largas.  La expresión matemática quedaría de la siguiente forma:
P_n \sim 1/n^a 
donde Pn representa la frecuencia de una palabra ordenada n-ésima y a es casi 1.  
Esto significa que el segundo elemento se repetirá aproximadamente con una frecuencia de 1/2 de la del primero, y el tercer elemento con una frecuencia de 1/3 y así sucesivamente.    
 
La longitud de las palabras es inversamente proporcional a su frecuencia de aparición (cuantas más veces aparece una palabra en un idioma, más corta es).
 
Este video lo explica un poco mejor:  


¿Acortamos por el principio del mínimo esfuerzo? Quizá sea por eso. Nuestro cerebro usa estructuras primitivas para interpretar el lenguaje. El lenguaje , como dice el psicólogo Gary Marcus en su libro Kluge "se construyó rápidamente sobre una azarosa mezcla de mecanismos que inicialmente se desarrollaron para otros fines"; de esta manera es posible que inconscientemente aprovechemos la economía y acortemos palabras largas  que empleamos con frecuencia. ¿Te das cuen?

5 comentarios:

  1. Jodr, cómo mola. Luego pones a superperrete y lo tiras todo por tierra. Gracias al incipiente analfabetismo, todo lo que hemos progresado en conseguir un léxico rico y dinámico que explique mejor lo que decimos y escribimos, se verá reducido. Podremos halar de palabras en peligro de extinción (como córcholis, cáspita, pardiez). Por el contrario, tenderemos a utilizar una misma palabra para muchas más expresiones y, con los siglos, volveremos a la prehistoria lingüística y hablaremos Uhhh! Ohh!!
    No sabremos si tienes un orgasmo o le explicas álgebra al chiquillo.

    Por cierto, ya soy .com (10 €)
    Te adoro.

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  2. Fascinante... ¿Tendrá esto algo que ver con el desastroso empeoramiento del lenguaje que sufrimos a día de hoy? Yo por lo menos no me entero de nada con el lenguaje de SMS, una cosa es reducir el tamaño de las palabras y otra es hacerlas ilegibles... Menos mal que en los blogs se escribe de forma más profesional

    Lo que me recuerda... El valor de escribir bien

    Jaja, saludos ;)

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  3. @Jaleante: en este blog no verás nunca a superperrete

    No quiero tener tantas visitas como él. Por cierto, tú fuiste el descubridor de "Muncho Murcia".

    :-D
    Gracias por comentar.

    @Cendero: lo del SMS si se quedará solo en los SMS, pues no pasaría nada. El problema es la extrapolación a mails, blog, etc.

    Buenísimo tu enlace. :-). Y gracias.

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  4. Pues si, me doy cuen.
    Muy bueno el link Cendrero!
    Muy interesante tu post, Dani!

    Estoy totalmente de acuerdo, el lenguaje sms cumple bien su función pero cuando se traspasa a lo mails, blogs, es algo muy molesto a la hora de leer e insultante para los que intentamos escribir decentemente.

    Veo que la ley de Zipf no se cumple con el lenguaje élfico ni el Klingon, que bueno!!!

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  5. Por cierto, el consejo "oficial" en las entradas de los blogs y en las noticias en prensa es que la lectura sea fácil y ágil. Una de las reglas para lograr esto es usar el sinónimo más corto de cada palabra, evitar adverbios que acaban en mente, evitar las esdrújulas con más de 3 sílabas, etc. Cuando una persona lee en voz alta (o en su mente) une las palabras cortas formando unidades más largas, pero lo hace en función de su ritmo al respirar, de la prosodia, etc.; cada persona lo hace a su manera o según el momento, y un escrito ágil le hace la vida más fácil.

    Nota que he seguido la regla en el texto anterior.

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