jueves, 27 de noviembre de 2014

Gastronomía en el límite (VI): La yuca

Raíces de yuca | Fuente

Mandioca, tapioca, guacamota, aipí, boniato de las Antillas, quiscamote..., son varios de los nombres por los que es conocida la Manihot esculenta, la yuca, un tipo de arbusto de la familia de las euforbiáceas muy popular en las regiones de clima tropical en Sudamérica, África y el Pacífico. En España no se suele encontrar con facilidad aunque cada vez está más presente en los supermercados, y lo que popularmente conocemos como "yuca" es la Yucca, una variedad ornamental no comestible. Pero en multitud de países el cultivo de la yuca o mandioca y su uso como alimento es de vital importancia estando considerada como una de las mayores fuentes básicas de alimentos a nivel global.

La yuca es muy apreciada en la gastronomía, sobre todo en la latinoamericana, donde por ejemplo las variedades dulces de su raíz se consumen hervidas o fritas como sustituto de las patatas y forma parte de muchos platos. También se usa como base para mezclas e incluso se puede obtener una bebida alcohólica tras su fermentación. 

Muy versátil e importante. Sí, pero... ¿por qué la incluimos en la serie de gastronomía en el límite?

Pues bien. La yuca contiene una sustancia química llamada linamarina, un glucósido cianogénico, que como su apellido indica es una posible fuente de cianuro, en concreto de ácido cianhídrico. La linamarina puede generar ácido cianhídrico (HCN) a través de una reacción química (ver imagen a continuación) que se produce por la acción de la linamarasa, una enzima que se expresa en las paredes celulares de las plantas de yuca.


Mecanismo de generación de HCN

Para inhibir los posibles efectos de la linamarina la clave está en tratar adecuadamente la yuca antes de consumirla. La yuca que se consume o comercializa se debe someter a procesos de pelado, maceración, escaldado, ebullición o fermentación, que eliminan las zonas con mayor cantidad de linamarina o neutralizan la generación de HCN. Si no se hace correctamente puede producirse una intoxicación por cianuro que mostrará síntomas iniciales de mareo, confusión, cefaleas...   


Ya hemos hablado alguna vez por aquí de los efectos de la intoxicación por cianuro, en particular cuando os conté la disparatada muerte de Rasputín, pero en nuestro caso de hoy la pregunta del millón es si se puede morir comiendo una cantidad normal de yuca.

Y la respuesta es que sí. O eso parece. De hecho, no sé si recordaréis un triste suceso que ocurrió en Filipinas en marzo de 2005. 28 niños murieron intoxicados y 60 quedaron en estado grave en un colegio de la isla Bohol tras la ingestión de un dulce hecho con yuca que habían tomado en la merienda. No tengo muchos más datos ni sé si se descartaron finalmente otro tipo de causas pero en teoría la intoxicación letal es posible, teniendo en cuenta que puede que estuviera implicada una de las variedades amargas de la yuca, la que contiene mayor cantidad de linamarina, unido a un mal procesamiento del producto y otros factores como que la dosis letal es menor para niños debido a su peso y el metabolismo. Una fatal desgracia, que no es la única que se puede producir con el consumo de este alimento.


Un niño afectado por konzo | Fuente


El konzo es una enfermedad que causa parálisis y otros daños neurológicos de tipo cognitivo. Es endémica en algunas zonas de África y a pesar de su gravedad es una enfermedad muy desatendida. El konzo se asocia con un alto consumo dietético de yuca en su variedad amarga combinada con una dieta deficitaria en proteínas. Las epidemias se producen cuando estas condiciones coinciden en momentos de grave escasez de alimentos y hambrunas. La sequía también influye pues la escasez de agua dificulta el procesamiento de hervido o lavado de la yuca. 

El konzo como enfermedad fue descrita por primera vez por Giovanni Trolli en 1938. Konzo significa «piernas atadas» en el idioma del sudeste de la República del Congo y el nombre fue sugerido por Hans Rosling (hace años os hablé de él a propósito de Gapminder) y describe perfectamente la marcha espástica de los afectados. No hay tratamiento para este mal una vez se diagnostica a través de los síntomas, solo cabe la prevención en la elaboración de la yuca, información, higiene, etc... Y la prevención también pasa por eliminar una de las causas que provocan tantos otros males parecidos a este o peores: la desigualdad. 

FUENTES:
http://en.wikipedia.org/wiki/Cassava
http://www.fao.org/docrep/006/w0073s/w0073s0u.htm
http://elpais.com/diario/2005/03/10/sociedad/1110409212_850215.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Konzo
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/9438470?dopt=Abstract
http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/014067369290006O

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NOTA: Esta entrada participa en el XLI Carnaval de Química alojado durante el mes de noviembre en el blog cienciaonline.com

martes, 25 de noviembre de 2014

Matemáticos vs físicos, por Richard Feynman [Vídeo]



Queridos amigos matemáticos y físicos, podéis pelearos en los comentarios :-P

NOTAEsta entrada participa en la Edición 5.8: Betty Scott del Carnaval de Matemáticas, cuyo anfitrión es el gran José Ángel en su blog tocamates.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

Reto EPAP #34

No es una pista, es el castillo de Cuenca

Tras la resaca divulgadora del #SciFestCuenca y la presentación de www.principia.io, lanzo un nuevo Reto EPAP dedicado a todos los implicados en tan maravillosa aventura. Ahí van las cinco pistas que nos llevarán a un personaje de la historia de la ciencia.
1) Nació en un pueblo y heredó el castillo de su pueblo.
2) Es conocido por sus estudios de las células mayoritarias en nuestro encéfalo.
3) Fue co-fundador de la Asociación de Amigos de la Unión Sovietica.
4) Recibió varias propuestas para el Premio Nobel.
5) Murió en Argentina.

Animaos, que es un personaje muy interesante. Mantendré la moderación de comentarios un par de días. Se aceptan contrarretos ;-)

Salud 

jueves, 13 de noviembre de 2014

Gastronomía en el límite (V): Coprinus atramentarius [Bonus: La muerte de Keith Moon]

Todas las setas son comestibles. Todas...

... lo que ocurre es que algunas solo se pueden comer la primera vez. :-P



Vale. No huyáis todavía. Chascarrillos aparte hoy hablaremos de un hongo que puede comerse las veces que te dé la gana sin que produzca ningún efecto tóxico adverso. 
Bueno, eso no es del todo cierto porque si bebes alcohol después de consumirlo, aunque sea en poca cantidad, te puedes poner muy malito.


Nunca lo mezcles con alcohol | Fuente

El Coprinus atramentarius o Coprinopsis atramentaria (también conocido como Ink Cap) es un hongo totalmente comestible y de cierto valor gastronómico. El problema viene cuando se mezcla con alcohol. Y no me refiero aquí a esa otra situación que algunos hemos vivido donde tras tomarte catorce copazos te pides al final de la noche una cerveza y le echas la culpa de la resaca a la mezcla del final.

No, no se trata de eso. Si consumimos un suculento plato de Coprinus atramentarius e ingerimos alcohol durante la comida, o hasta varias horas después y que pueden llegar a un par de días, podemos padecer una sintomatología que incluye náuseas, vómitos, cefaleas, hormigueo, taquicardia y otros síntomas muy parecidos a la clásica intoxicación con setas. 

Pero se trata de una intoxicación con setas producida por la acción de un tóxico. Es otra cosa y necesitaremos la ayuda de un poco de bioquímica para explicarlo.

Cuando ingerimos una bebida alcohólica, y tras su absorción en estómago e intestino, el etanol que contiene pasa a la sangre y llega a nuestro hígado para su metabolismo. Allí el etanol se convierte en acetaldehído mediante el concurso de una enzima (¿prodigiosa? ¡y tanto!) llamada alcohol deshidrogenasa (ADH) y ese acetaldehido se convierte en ácido acético ayudado por otra enzima llamada aldehído deshidrogenasa (ALDH). 










La Coprinopsis atramentaria contiene coprina, una sustancia química que cuando se hidroliza libera 1-aminociclopropanol, y es este último compuesto el que bloquea el mecanismo oxidativo del etanol, inhibiendo la acción de la aldehído deshidrogenasa (ALDH) con la consiguiente acumulación de acetaldehído.




Y es esta acumulación de acetaldehído, en su acción como tóxico, la que produce los efectos tan desagradables que hemos descrito antes.

Curioso, ¿verdad? ¿Se os ocurre alguna utilidad? Pues sí, cuando se descubrió el efecto de este hongo se llegó a pensar en utilizarlo como principio activo para un fármaco que ayudara a los enfermos de alcoholismo pero al final prevalecieron otros que ofrecían más persistencia y menor toxicidad como el disulfiram

Bonus musical:

Keith Moon, el gran Keith Moon, fue el batería de The Who desde 1964 hasta su muerte el 6 de septiembre 1978. Esa noche, tras cenar con Paul y Linda McCartney, regresó a su casa y se tomó 32 pastillas de Clometiazol, un fármaco que se prescribe para mitigar el síndrome de abstinencia alcohólica. Fue una sobredosis en toda regla pero, al igual que la coprina o el disulfiram, este tipo de sustancias nunca deben mezclarse con alcohol. No se sabe con certeza si había bebido en exceso esa noche pero el día antes de morir aparece algo trastornado en esta entrevista. Una pena.



Moon fue incinerado días después de morir y en el lugar donde se esparcieron sus cenizas existe una placa conmemorativa con la frase «There is no substitute» (empleando substitute como homenaje a un tema del grupo). Nos dejó su talento como podéis comprobar con este temazo.


¡Viva el rock! 



Más información:

http://es.wikipedia.org/wiki/Disulfiram

http://es.wikipedia.org/wiki/Resaca

https://blogdeunbioquimico.wordpress.com/2013/08/18/que-ocurre-cuando-se-ingiere-alcohol/

http://pubs.acs.org/doi/abs/10.1021/bi00570a006

http://es.wikipedia.org/wiki/Keith_Moon


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NOTA: Esta entrada participa en el XLI Carnaval de Química alojado durante el mes de noviembre en el blog cienciaonline.com

martes, 11 de noviembre de 2014

'Ese punto azul pálido' ha quedado cuarto en los X Premios Bitácoras

Al menos él tiene una estatuilla :-(

No ha podido ser. Después de luchar durante varias semanas y estar en tercera posición a pocas horas del final de las votaciones, EPAP ha quedado definitivamente apartado de la final de los X Premios Bitácoras. :-(

Lo siento. Lo siento mucho por todos los que me habéis animado, apoyado y votado. Nunca hubiera llegado tan lejos (si lo miramos con perspectiva es un buen resultado) sin vuestra incondicional ayuda. De todo corazón: ¡Gracias! 

Y enhorabuena a los tres insignes finalistas: Deborah, Enrique y Miguel Ángel. Mucha suerte, amigos. Ojalá hubiera tres premios porque lo merecéis, como personas y como divulgadores de la ciencia de primera. Mi mayor admiración y sana envidia.

Pese a la mini-decepción final, he de reconocer que ha sido muy estimulante y divertido participar en estos premios. A algunos les parecerán una chorrada pero no estoy de acuerdo. Recordad que la mayoría de nosotros dedicamos nuestro tiempo, que no nos sobra, y mucho esfuerzo, solo por desarrollar la pasión que tenemos por la ciencia y su divulgación. Sin más. Aquí no hay dinero ni publicidad ni nada de nada. Solo dedicación y generosidad. Y estos premios son un pequeño regalo en los que se reconoce algo, aunque sea un poquito, de ese esfuerzo. 

En fin. Otra vez será... O tal vez no, pero no pienso cambiar. Aunque he estado a punto.

Estos últimos meses, y condicionado por otros temas personales muy tristes que no vienen al caso, he estado barajando la idea de abandonar el blog y dedicarme a leer tranquilamente mis libros que se acumulan o a otros hobbys más bucólicos. Pero han ocurrido dos cosas que han hecho que descarte esa idea definitivamente. Os cuento...

La primera ocurrió a mediados de septiembre donde se lo conté de forma íntima frente a una copa de vino a dos grandes amigos, Jose e Iñako, durante una comida que compartimos con ocasión de esta actividad organizada por ADCMurcia y la Fundación Cajamurcia

Iñako me miró a la cara y fue tajante: «Nunca dejes de escribir, Dani» y me dio una argumentación magistral muy objetiva, que no iba dirigida a mí personalmente, sino al mero hecho de la escritura, y que guardo en mi memoria para enmarcarla como oro en paño. Jose me amenazó con encapsularme y mandarme a sus orcos y esas cosas si lo dejaba... :-P

El otro hecho me ocurrió el pasado viernes por la tarde en la Semana de la Ciencia y la Tecnología de Murcia. Cuando me dirigía hacia el stand de ADCMurcia un grupo de jóvenes me asaltó, literalmente, y tras presentarse me presentaron a un lector admirador de mi blog que me impresionó y emocionó especialmente. Me ahorro los detalles, pero David, si lees esto, tío, que sepas que va por ti, crack. Un abrazo :-)

No puedo terminar este rollo sin agradecer especialmente a dos personas su apoyo, y no solo en la lucha hacia la malograda final de los Bitácoras, sino algo más importante, que han estado siempre ahí, donde ellos saben. Y nunca fallan.

Me refiero a Jose, el Sauron murciano, el puto amo, con el que cada día aprendo más y que es para mí todo un referente y modelo a imitar, en lo personal y profesional, al que admiro de forma incondicional. 

Y por supuesto, a Yolanda, mi sufridora compañera y esposa, que aguanta estoicamente todas las escapaditas virtuales con mis amiguitos de interné. Sin ella nada sería posible. Ella es la mujer de mi vida y me ha dado aquello que da sentido a todo. Lo más importante...


Diana y Dani dentro de una Soyuz

Gracias a todos. Y ahora... ¡Poyejali

Gastronomía en el límite (IV): Comida basura

[Esta entrada participa en la I edición del Carnaval de Neurociencias]

Cuando me refiero a «basura» lo hago con toda la cautela del mundo porque el término «comida basura» no me gusta especialmente, exige matices y es demasiado amplio y confuso. Pero para que nos entendamos, la comida basura es aquella que aporta cantidades desmesuradas de azúcares, grasas y sal.

Comenzamos como venimos haciendo con esta serie. De forma audiovisual. En esta ocasión con un mini-reportaje de ABC News sobre un insólito restaurante que se encuentra en la capital del juego, en Las Vegas. Os advierto de que es un poco más largo de lo habitual (8:23) pero muy jugoso, por decir algo... Ah, y el parecido del dueño del restaurante con el físico y divulgador Jim Al-Khalili es de lo más inquietante que visto en mucho tiempo. Dentro vídeo:



Increíble. No tiene desperdicio, valga la rebundancia. Y mejor que no lo tenga porque como acabáis de ver la enfermera te azota si te dejas la hamburguesa. Algunos lo harán a propósito, que hay gente para todo. En fin, marketing y freak show aparte, vamos con la ciencia.

¿Por qué es tan adictiva este tipo de comida? 

La hipótesis de partida es que este tipo de comida basura produce una adicción similar a la que se produce por efecto de otras drogas de abuso como la cocaína o las anfetaminas. Es un poco fuerte, la verdad, pero bastante cierto.

Existen bastantes estudios que parecen confirmarlo. El mecanismo que se pone en marcha cuando abusamos de la comida basura está directamente relacionado con los circuitos de recompensa de nuestro encéfalo y sobre cómo obtenemos el placer. Y por la  acción de una molécula muy feliz: la dopamina.



Las drogas de abuso, especialmente cuando se consumen de forma continuada, provocan un aumento de la liberación de dopamina, principalmente en una pequeña región del encéfalo llamada núcleo accumbens.


La región sombreada en rojo es el núcleo accumbens

La dopamina es un neurotransmisor (aunque también es neurohormona) implicada, entre otros, en los procesos de procesamiento de la información relacionada con la recompensa. En concreto, la dopamina ejerce dos funciones diferenciadas: facilita el aprendizaje relacionado con la recompensa por un lado, y posibilita ese recuerdo del estímulo asociado a la recompensa.

Liberamos dopamina cuando buscamos la forma de obtener una recompensa de tipo primario, como la comida o el sexo, y dejamos de segregarla cuando hemos aprendido la manera directa de obtenerla. ¿Os habéis planteado el porqué de que los retos o situaciones nuevas en nuestra vida nos agraden al principio y luego se conviertan en vivencias aburridas cuando pasan a ser cotidianas? Es resultado de esta función de la dopamina.

La otra función  de la dopamina guarda relación con la recompensa que se produce en una fase posterior al aprendizaje. Nuestra molécula de la felicidad interviene en la inducción del recuerdo del estímulo asociado a la recompensa y de la información necesaria para ejecutar la respuesta necesaria para la consecución del premio.

¿Significa esto que la dopamina presente en nuestro encéfalo puede compararse con la acción otras drogas?

Bueno, más o menos sí, pero hay una diferencia vital. La repetición de los estímulos cuando son naturales disminuye, hasta llegar a extinguirse, la liberación endógena de dopamina. Por el contrario, cada vez que se consume una droga de abuso se libera irremediablemente dopamina, y en cantidades muchísimo mayores. Más de diez veces superiores en algunos casos, y eso para nuestro encéfalo es mucho.

La comida basura actúa de forma muy parecida, salvando las distancias, ya que la liberación de dopamina es menor que la que se libera con otras drogas y no hay otro tipo de efectos colaterales implicados. Pero el mecanismo parece ser similar.

La adicción, en su inicio está motivada y dirigida hacia un
objetivo concreto como es la obtención de placer y bienestar. Con el tiempo, el consumo de este tipo de comida se puede convertir en un hábito. Y puede originar problemas como la obesidad o el tan ansiado ataque cardíaco que promete nuestro inquietante doble de Jim Al-Khalili en su restaurante (este es Jim).

Os ha gustado el vídeo, ¿verdad? ¿Notáis la dopamina? :-P Pues os dejo con un poco más de pecado ;-)



Sed buenos y comed lo que os apetezca sin abusar, con criterio y con cabeza. Sobre todo esto último, si sois de los que tomáis todo en forma literal. ;-P

Seguiremos con la serie...
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NOTA: El tema de la acción de la dopamina y las adicciones o la relación con la 'comida basura' es mucho más complejo (por ejemplo, no he entrado en los receptores D2 y esas cosas). He intentado dar un pequeño esbozo de carácter meramente divulgativo e introductorio con mi acostumbrado estilo gamberril. Aquí os dejo más información seria:

http://www.eurekalert.org/pub_releases/2013-05/cafn-atu051613.php

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2947358/

http://www.sebbm.com/dossier172_intro.htm

http://www.nature.com/neuro/journal/v13/n5/full/nn.2519.html

http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3124340/

http://www.elmundo.es/elmundosalud/2010/03/26/neurociencia/1269629360.html

http://www.experientiadocet.com/2010/09/camino-al-exito.html

jueves, 6 de noviembre de 2014

Gastronomía en el límite (III): Picante extremo

De nuevo comenzamos con un vídeo que nos sirve de introducción para esta nueva entrega de la serie sobre experiencias gastronómicas en el límite.



Como acabáis de ver, el conocido chef Gordon Ramsay se va a la India y se atreve a probar un cachito de Bhut Jolokia, uno de los pimientos más picantes del mundo. Y lo hace en el marco de un concurso que consiste en ver quién se come más pimientos en menos tiempo. Y él, como casi cualquier mortal, casi no resiste ni un pequeño bocado. ¡Menuda locura! (Lo de frotarse los ojos con los pimientos picantes mejor ni lo comento :-P).

El Bhut Jolokia y otros pimientos contienen una sustancia química llamada capsaicina, que es una de las que produce el agradable y buscado para algunos, y nefasto para otros, efecto picante. Un efecto que solo se da en los mamíferos y no en otros animales, como las aves, que no son sensibles a la capsaicina ni en general a los capsaicinoides (resto de sustancias químicas relacionadas que también son metabolitos secundarios de las plantas del pimiento). 

La capsaicina no es la única molécula responsable del picante. También existen otras como la piperina, presente en la pimienta negra, o el isotiocianato de alilo en la mostaza y wasabi.


Capsaicina (8-metil-N-vanillil-6-nonenamida)

A veces decimos que algo "sabe picante", pero el picante no es un sabor. En realidad es la acción de la capsaicina sobre unos receptores sensoriales llamados nociceptores polimodales la produce el efecto que todos conocemos. Estos receptores los tenemos distribuidos por todo el cuerpo y son los mismos receptores que se estimulan por presión, calor o frío. Cuando la capsaicina o algún capsacinoide interacciona con estos receptores nuestro sistema nervioso lo interpreta como calor extremo y respondemos fisiológicamente ante él para defendernos. Sudamos, nos enrojecemos, el corazón comienza a latir más fuerte... 

En 1912 el químico norteamericano Wilbur Scoville ideó una escala para medir la cantidad de picante. Se trata de un método subjetivo pero bastante original. La medición se realizaba creando una solución con un extracto del fruto del pimiento, y posteriormente se diluía hasta que el efecto picante fuera indetectable para un grupo de cinco expertos catadores.

Cuanto más tengamos que diluir el extracto para que deje de picar mayor puntuación tendrá en la escala. De esta manera se construyen gráficas como la siguiente, donde que el Bhut Jolokia tenga alrededor de un millón de unidades scoville significaría que habría que diluir ese extracto un millón de veces para que dejara de picar.


Actualmente se utilizan otras técnicas más modernas como la cromatografía, pero la escala Scoville no deja de ser cuando menos muy curiosa. ¿Esto de las diluciones extremas os suena de algo? :-P

Pero, ¿podemos morir comiendo pimientos como el Bhut Jolokia?

Realmente es posible aunque bastante improbable. Si consideramos a la capsaicina como el agente tóxico a considerar sería necesario más de un kilo de pimientos Bhut Jolokia para alcanzar la dosis letal en un adulto de unos 70 Kg. Ante tal estímulo el cuerpo reaccionaría antes con vómitos y habría que ingerir ese kilo en una sola toam o en u nperiodo corto de tiempo. Aquí dice que un chef amateur murió solo con tomar uno pero me parece muy extraño y de ser cierto me inclino más por una reacción alérgica que por la acción de la capsaicina o los capsaicinoides. De todas formas a mí no me busquéis para probar esto ;-)

Continuaremos...

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NOTA: Esta entrada participa en el XLI Carnaval de Química alojado en el recomendable blog cienciaonline.com

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Carl Sagan y Hermann Muller

Hermann J. Muller | Fuente

Hermann J. Muller (1890-1967) fue un destacado biólogo y experto en genética que ha pasado a la posteridad por sus trabajos sobre los efectos fisiológicos y genéticos de la radiación ionizante (mutagénesis por aplicación de rayos X). 
Estudió en la Universidad de Columbia, donde tuvo como mentor a Thomas H. Morgan, impartió clases en la Universidad de Texas hasta mediados de los años 30 como catedrático de zoología y terminó su actividad científica y docente en la Universidad de Indiana. Recibió el premio Nobel de Medicina y Fisiología en 1946.

Muller nunca ocultó sus inclinaciones políticas. Fue muy crítico con el capitalismo y partidario acérrimo del socialismo. Tras un breve periodo en Berlín donde coincidió con Niels Bohr y Max Delbrück, se trasladó en 1933 a la antigua Unión Soviética para trabajar en el Instituto de Genética de Moscú. Allí se enfrentó abiertamente con el nuevo movimiento social y agrícola liderado por Trofim Lysenko, el lysenkismo, una teoría más ideológica que científica contraria a la genética, que se apoyaba torticeramente en las ideas de Jean-Baptiste Lamark. Muller se vio obligado a abandonar la URSS en 1936 por orden directa de Stalin, quién no vio con buenos ojos la crítica de Muller a las ideas de Lysenko ni tampoco las ideas sobre la eugenesia del propio Muller. [Como curiosidad, en este enlace se puede leer una carta de Hermann Muller a Stalin exponiendo sus controvertidas ideas sobre la eugenesia]. 

Tras pasar por Edimburgo, Madrid y París, Muller regresa a los Estados Unidos en 1938.

Algunos años después, y ya en la Universidad de Indiana, Muller coincidió con un jovencísimo Carl Sagan, en ese momento casi más interesado en la biología que en la física.

En 1952 Sagan envió a su primo Seymour Abrahamson, que se encontraba realizando su posgrado con Muller, una serie de escritos donde plasmaba sus originales ideas sobre el origen de la vida y las posibilidades de vida extraterrestre desde el punto de vista de la ciencia. Impresionado por las ideas de Sagan, Seymour le enseñó la carta a Hermann Muller, quien inmediatamente mostró su interés en conocer a aquel muchacho y lo invitó para trabajar con él durante el verano de 1952. [Lo pudimos leer en el curriculum vitae de Sagan de 1961].





Carl Sagan siempre tuvo una excelente opinión, y guardó un gran recuerdo de Muller, pese a su breve estancia junto a él aquel verano, y nunca perdieron el contacto hasta la muerte del genetista en 1967. Basta ver un par de ejemplos documentados que lo confirman.

El primero es esta carta que Carl remitió a su primo Seymour "Sisi" Abrahamson en 1980 recordando la importante influencia intelectual y científica que tuvo Muller en su interés por el origen de la vida y la exobiología, y también, agradeciendo que le presentara a Harold Urey, con el que colaboró más adelante.

Pulsad aquí para acudir a la fuente o ampliar


Y el segundo ejemplo es más interesante en mi opinión. Entre las ideas que pasaban por la cabeza de Sagan hubo una que nunca vio la luz por algún motivo del que no he podido encontrar referencia o que simplemente fue descartado o desplazado por otro proyecto. Carl Sagan estaba interesado, o al menos así lo dejó plasmado en un manuscrito de 1987, en escribir un libro de historias de destacados científicos titulado Profiles in Scientific Courage. Una obra que incluiría a grandes entre los grandes como Johannes Kepler, Albert Einstein, Linus Pauling, Charles Darwin, Hipatia de Alejandría, Christian Huygens..., y sí, también Hermann Muller. 

Pulsad aquí para acudir a la fuente o ampliar

Es una pena que por los motivos que fueran o por la muerte tan prematura de Sagan, nunca disfrutáramos de esta prometedora y sugerente idea de libro, donde seguro que el inolvidable Carl Sagan con su inspirador estilo hubiera homenajeado de forma magistral a esos científicos valientes. No importa. Seguro que otros recogerán el testigo... ;-)


Fuentes:

Libro: Carl Sagan: A Biography, Ray Spangerburg, 2004.

https://bcc-cuny.digication.com/history_of_science/Hermann_J._Muller_Background





martes, 4 de noviembre de 2014

La influencia de la mitología en la ciencia (17ª Parte): Ceres

[Nota inicial: Se puede consultar el resto de entregas de esta serie desde este enlace]


Ceres/Deméter

El origen de las estaciones
En la mitología romana Ceres es considerada como la diosa de la agricultura, las cosechas y la fecundidad. Su equivalente en el mundo de los mitos griegos fue Deméter

Ceres (Deméter) era hija de Saturno (Crono) y Ops (Rea) y hermana de Júpiter (Zeus), Plutón (Hades) y Neptuno (Poseidón). Tenía una hija muy querida y alegre llamada Proserpina (Perséfone) que pasó de una vida feliz junto a su familia a caer en la más absoluta desgracia de forma inesperada. Durante un soleado día en el que Proserpina se encontraba plácidamente paseando y recogiendo flores por el campo, fue raptada de forma violenta e inesperada por Plutón, su cruel tío, con el fin de obligarla a casarse con él y se la llevó contra su voluntad a las oscuras y tenebrosas profundidades del averno. 

Ceres se entristeció tanto con la desaparición de su amada hija Proserpina que descuidó la hasta ese momento fértil tierra y todas las plantas se secaron y las cosechas desaparecieron. Su llanto y su protesta llegaron a los oídos de su hermano Júpiter, que tuvo que intervenir con contundencia para obligar a Plutón a que devolviese a Proserpina al mundo exterior y así su madre la volviera a tener a su lado. Plutón aceptó, pero antes, en un último ardid a la desesperada, engañó a Proserpina y la sedujo para que comiera el fruto del Punica granatum (el granado), el alimento de ultratumba y de la fidelidad matrimonial. Al comerlo Proserpina se vio mágicamente obligada a regresar sin remedio cada nuevo año y pasar seis meses junto a su pérfido captor en el oscuro y frío inframundo.

Cuando Proserpina aparecía en el mundo exterior, la tierra sonreía y florecía en todo su esplendor, renacían las plantas, los cereales y las flores. Llegaba la primavera y el verano. Pero la condena de Proserpina la obligaba a que medio año después regresara de nuevo junto a su tío Plutón y el campo se entonces se entristecía y la flora perdía su color. El otoño e invierno hacían su aparición. Y de esa forma surgieron las estaciones...

El menor de los 'enanos', un material muy prometedor y la piedra de los mecheros
El 1 de enero de 1801 el astrónomo y sacerdote Giuseppe Piazzi se encontraba en su modesto observatorio de Palermo cuando descubrió un pequeño objeto que seguía una órbita intermedia entre las de Marte y Júpiter. Era más pequeño que el resto de planetas conocidos en aquella época, y aunque en un principio creyó descubrir un nuevo planeta fue prudente y solo habló de la posibilidad de un nuevo cometa. 


Ceres | Más info: NASA

Piazzi era de Sicilia y Ceres era una diosa muy unida a la historia de Sicilia debido a su importancia en la producción de cereales en la antigua Roma. Además, según algunos autores de la mitología fue precisamente en Sicilia donde Perséfone fue raptada en las proximidades del volcán Etna, la puerta de entrada al inframundo de Plutón. 


De esta manera, Giuseppe Piazzi quiso honrar a su amada región natal, sugiriendo que el nuevo planeta (más tarde se comprobó que no era un planeta como tal) fuese llamado como la diosa romana de la agricultura. En un principio se le denominó Ceres Ferdinandea, aludiendo con el segundo nombre al rey de origen español Fernando I de Borbón-Dos Sicilias, pero al final ganó la diosa a la monarquía y quedó definitivamente nombrado como Ceres.

Ceres, al igual que Plutón, como ya contamos en la anterior entrega de esta serie, es lo que se conoce como un planeta enano, una definición de consenso de la UAI que debe reunir los siguientes requisitos:
- Orbitar alrededor del Sol.
- Tener una masa suficiente para que su propia gravedad haya superado la fuerza de cuerpo rígido, de manera que posea una forma casi esférica.
- Que no sea un satélite de un planeta u otro cuerpo no estelar.
- Que no haya limpiado la vecindad de su órbita, atrayendo o expulsando otros cuerpos celestes en su camino.

Ceres, hasta adquirir el rango de planeta enano con su polémica incluida, era considerado como el mayor asteroide del Sistema Solar. Posee un diámetro de unos 1.000 km y completa una vuelta alrededor del Sol cada cuatro años y medio. Existen indicios de que podría tener una superficie cálida y una atmósfera con vapor de agua. En el máximo de su luminosidad aparente apenas es visible a simple vista desde la Tierra pero con un modesto telescopio o unos buenos prismáticos puede verse sin dificultad. También se ha considerado como candidato para una posible colonización.


El cerio es un elemento químico de número atómico 58 perteneciente a los lantánidos, cuyo descubrimiento conjunto en 1803 se atribuye a los suecos Jöns Jacob Berzelius y Wilhelm Hisinger , y de forma independiente al alemán Martin Klaproth, descubridor del uranio.

Habían pasado dos años desde el descubrimiento del planeta enano Ceres y parece que fue el gran Berzelius quién finalmente bautizó al nuevo elemento inspirado quizá por Klaproth, al que le gustaba poner nombres de influencia mitológica a sus elementos descubiertos tales como el uranio o el titanio.

Las aplicaciones del cerio, en particular el óxido de cerio, son muy variadas: catalizadores, aditivos para combustibles, cremas solares, pulido de lentes, etc. Pero las perspectivas de este compuesto desde el mundo de la nanociencia 
son de lo más prometedoras en ámbitos como el medio ambiente o la medicina, debido a su capacidad para almacenar o liberar oxígeno en función de los requerimientos del lugar donde se encuentra. Además, esa capacidad depende del tamaño de las partículas de óxido de cerio, llegando a ser máxima cuando su tamaño se reduce a unos pocos nanómetros de diámetro. Hay estudios en cardiología que han conseguido la reducción del estrés oxidativo del miocardio en ratones con cardiopatía tras la inyección intravenosa de nanopartículas de óxido de cerio. 

Las posibilidades en su uso como antioxidante son muy prometedoras. No hay que perderlo de vista.





Como curiosidad final, destacar que el cerio también es utilizado como componente de la piedra de los encendedores o mecheros, lo que comúnmente se conoce como Ferrocerio, una aleación de elementos en diferentes proporciones que tienen la propiedad de generar chispas cuando se frota con una superficie rugosa. La composición más típica incluye aproximadamente un 40% de cerio y el resto de hierro, lantano y otros elementos como neodimio y praseodimio. 

Y con esos mecheros, ya puestos, se pueden encender muchas cosas... como una vela, por ejemplo. ;-) [Sí, lo sé, cualquier excusa es buena para hablar de Carl Sagan, ya me conocéis]. Próximamente...


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NOTA FINAL: Esta entrada participa en el XLI Carnaval de Química alojado en el recomendable blog cienciaonline.com


lunes, 3 de noviembre de 2014

Gastronomía en el límite (II): Sannakji

Hoy comenzamos directamente con un vídeo. Dura apenas 4 minutos pero es, es... Juzgad vosotros mismos. No os lo perdáis por nada del mundo.



Increíble, ¿verdad? Lo que acabamos de ver se llama sannakji y es un plato muy popular de la gastronomía coreana. El nakji (pulpo pequeño) vivo se sirve condimentado con sésamo o con aceite de sésamo. Puede comerse entero como hemos visto en el vídeo o bien troceado con los tentáculos retorciéndose en el plato. A nosotros nos dan un poco de grima estas cosas pero en Corea del Sur es un exquisito manjar. 

¿Y por qué el sannakji es una experiencia gastronómica límite y no solo una asquerosidad como otra cualquiera? 

Muy fácil. Como hemos visto en el vídeo, y cualquiera que haya tenido un pulpo vivo en sus manos ha comprobado, los tentáculos de los pulpos se adhieren con fuerza a cualquier superficie que esté a su alcance. Y más aún cuando se sienten amenazados o se embadurnan en salsa picante. Imaginaos ahora qué puede ocurrir si no se mastica muy bien el sannakji y nos lo tragamos tan alegres.

Así es. El peligro de comerse un pulpito vivo como el que hemos visto es que los tentáculos pueden obstruir las vías respiratorias y producir la muerte por asfixia. En estos casos hay que actuar inmediatamente y sacar como se pueda el pulpo de la garganta tan rápido como sea posible porque aquí, al contrario que en otros casos de antragantamiento, la Maniobra de Heimlich no sería eficaz. Y de hecho no es del todo infrecuente encontrar en la prensa de Corea del Sur algún que otro caso de muerte tras la ingestión de sannakji. Algunas fuentes hablan de seis muertes al año de media pero no lo he podido confirmar.

Pero... ¿Os habéis preguntado alguna vez por qué los pulpos no se enredan con sus propios tentáculos? 
Buena pregunta, ¿no?

Hace apenas unos meses investigadores de las universidades de Jerusalén y Nueva York publicaron un estudio en la revista Current Biology donde se ofrecía una posible explicación para este fenómeno.


Científicos raritos

Y la respuesta, as usual, está en la química.

Al parecer la piel de los cefalópodos segrega una compleja sustancia química, cuya composición exacta no se conoce de momento, que impide que los tentáculos se adhieran entre ellos. Esta sustancia química actúa desactiva temporalmente el mecanismo de contracción de las ventosas y no actúan cuando entran en contacto con su propia piel.

Los pulpos, a diferencia de nosotros, no tienen un control consciente de la posición de todos sus tentáculos. Y este problema lo han resuelto evolutivamente a través del curioso mecanismo que se acaba de descubrir.

El mundo de los pulpos es apasionante, son unos alienígenas, como dijo mi buen amigo y excelente divulgador Antonio Osuna en Naukas Bilbao 2014 y que podéis ver a continuación.



Continuaremos con la serie en unos días... ;-)