domingo, 14 de octubre de 2012

El talio como veneno: De Agatha Christie a Sadam Husein, pasando por Graham Young


El talio (Tl) es un elemento químico de número atómico 81, situado en la tabla periódica entre el mercurio y el plomo. Su toxicidad se asemeja a la de ambos metales aunque la supera en ciertas condiciones. Fue descubierto en 1861, mediante la técnica de espectroscopia de llama, por William Crookes, un excelente químico y físico británico, famoso por inventar un tubo que lleva su nombre pero también conocido por su dedicación al estudio del espiritismo desde un punto de vista "científico" (nótense las comillas). Aunque la autoría del descubrimiento del talio se suele atribuir en exclusividad a Crookes, lo cierto es que el químico francés Claude-August Lamy también lo aisló de forma independiente de forma casi simultánea. Crookes fue el primero en identificar la presencia de nuevas líneas en el espectro de emisión del nuevo elemento, pero Lamy fue el primero en aislar el elemento metal puro y quien profundizó en el estudio de la propiedades de sus sales.

El talio es un metal de color blanco azulado, muy maleable y que se decolora rápidamente cuando se expone al aire. Su forma tóxica es el catión talio (Tl+), con efectos muy parecidos a los que produce el catión potasio (K+), un catión este último, esencial para la transmisión de los impulsos nerviosos y otras funciones celulares. Ambos tienen igual carga y parecido tamaño. De esta forma, el talio puede penetrar en el organismo con la facilidad del potasio, llegando a casi todos los tejidos y acumulándose principalmente en los huesos. Esta interferencia con los procesos metabólicos que dependen del potasio afecta al sistema nervioso y muscular, y produce la caída del pelo de todo el cuerpo al afectar a los folículos pilosos. Su afinidad con el azufre provoca la interferencia con el funcionamiento de vitaminas como la B1 (tiamina) y B2 (riboflavina), necesarias para el metabolismo energético de nuestro cuerpo.

La dosis letal en adultos ronda la cantidad de 800 mg de talio. Unas dosis altas de talio (sus sales son incoloras, inodoras e insípidas además de muy solubles) producen los siguientes efectos:

- Día 1: No hay síntomas dignos de mención.
- Día 2: Gastroenteritis y hormigueo en los pies.
- Día 3: Dolor corporal centrado en las articulaciones, sensibilidad extrema en los pies cuando se tocan y dificultad para dormir.
- Día 4 y siguientes: Inflamación ocular, la piel adquiere un color grisáceo, aparece parálisis muscular, alucinaciones, delirios, y la muerte llega por fallo cardíaco o insuficiencia respiratoria.

El antídoto para la intoxicación por talio es el ferrocianuro de hierro (III) o azul de prusia, un compuesto que también se ha empleado para el tratamiento de personas afectadas por contaminación radiactiva.

Los efectos tóxicos del talio cuando se utiliza con oscuros fines lo han hecho el veneno favorito de criminales y genocidas modernos tanto en la ficción como en la realidad.




Fuente
En la novela de Agatha Christie The Pale Horse -traducida al español como El misterio de Pale Horse- y publicada en 1961, se describe de forma minuciosa los síntomas de los envenenamientos por talio.Esta descripción de la intoxicación por sales de talio no fue la primera, porque también aparece en el libro Final Curtain (1947), de Ngaio Marsh, pero sí la más popular e hizo que este libro de Christie fuera reprochado por dar a conocer un veneno tan mortífero. Incluso se dice que sirvió de inspiración para los crímenes de Graham Young, conocido también como "El envenenador de la taza de té", aunque esta información no podemos afirmar que esté confirmada.

Graham Frederick Young fue un asesino en serie británico que envenenó a casi una veintena de personas a lo largo de su carrera criminal, matando a 3 de ellas: su madrastra en 1962 y dos compañeros de trabajo en 1971. En el año 1961, fecha de publicación de The Pale Horse, Young era un joven de 14 años aficionado a la química y especialmente a los venenos, con los que comenzó a experimentar en miembros de su propia familia; incluso llegó a enfermar él mismo varias veces ya que en ocasiones no recordaba las comidas en las que había añadido los compuestos tóxicos. Young empleaba indistintamente tartrato de antimonio y potasio y acetato de talio en sus fechorías, e incluso atropina, comprados en la farmacia de su barrio. 


Young, a la salida del juzgado en 1962
El joven Graham introducía pequeñas dosis a sus familiares, las características del talio no despertaban sospechas, hasta que optó por la vía rápida para acabar con la vida de su madrastra, con la que no se llevaba nada bien. Y en abril de 1962 lo consiguió. 
Decidió administrarle una dosis letal de acetato de talio, alrededor de 1300 mg, en la cena. Fue descubierto poco después debido a las sospechas de su entorno académico y familiar. Finalmente confesó el crimen y acabó recluido en Broadmoor Hospital un conocido centro de internamiento psiquiátrico fundado en 1863 y situado en Berkshire.

Young salió en libertad nueve años después, con un diagnóstico de total recuperación, pese a que en el centro hospitalario existía la sospecha de su implicación en algunos incidentes de intoxicaciones, algunas incluso mortales. Una vez en la calle, y con 24 años, encontró trabajo en Hadland's una empresa que fabricaba las cámaras fotográficas Imacon en Bovingdon, Hertfordshire. Graham Young comenzó a trabajar en el almacén de la fábrica y como era el recién llegado, y más joven del grupo, le asignaron la tarea de preparar el té de la tarde. Una oportunidad única para alguien que jamás abandonó su idea obsesiva de envenenar a quien se le pusiera por delante.

Así, su primera víctima mortal en esta empresa fue su supervisor directo, Bob Eagle, que falleció a causa de una dosis letal de acetato de talio. La autopsia no reveló la causa real de su muerte. Young envenenó a otros compañeros, ya fuera porque le molestaran en su carrera profesional o simplemente porque le apetecía o le caían mal. Envenenó a Ron Hewit -que escapó de la muerte al abandonar la empresa- y a Diana Smart, con antimonio mezclado con el té de las cinco de la tarde. Peor suerte corrieron otros dos compañeros para los que Graham había reservado su ingrediente favorito, el acetato de talio. David Tilson y Jethro Batt sufrieron los efectos del mortífero té que preparaba Graham, aunque finalmente salvaron la vida tras un tratamiento médico que aun efectivo no impidió que les quedaran serias secuelas físicas de por vida.


El envenenador de la taza de té en 1971
La segunda víctima mortal de Young fue Fred Biggs, un compañero con el que Graham mantenía conflictos laborales constantes. En octubre de 1971 Fred recibió una triple dosis mortal de acetato de talio mezclada con su té. Enfermó y falleció tres semanas después en el hospital. Tantas intoxicaciones en tan poco tiempo hicieron pensar en un origen laboral de las mismas, pero la soberbia de Young, que alardeaba de sus conocimientos de toxicología delante de todo el mundo, y las sospechas de su compañera Diana Smart, condujeron a su detención final el 21 de noviembre de 1971. Cuando fue arrestado la policía encontró en su casa un diario donde 'el envenenador de la taza de té' registraba cada dosis de veneno que suministraba, a quién y cuándo lo hacía, y los efectos que producían en sus víctimas. La prueba definitiva.

Graham Frederick Young fue sentenciado a cadena perpetua y murió el 1 de agosto de 1990 de un ataque cardíaco. Tenía 42 años. Nunca se descartó el suicidio por envenenamiento.

No sabemos si Sadam Husein leía a Agatha Christie o admiraba a Graham Young, pero lo cierto es que el tirano iraquí también utilizó el talio, en este caso como sulfato de talio, para eliminar a sus opositores políticos y a algunos disidentes de su régimen dictatorial. Como por ejemplo Abdullab Alí, un disidente que residía exiliado en Londres y que fue envenenado en 1988 tras cenar en el restaurante Cleopatra de Notting Hill Gate con un grupo de compatriotas que también resultaron intoxicados. O Majidi Jehad, que tras tomar un zumo de naranja en una comisaría de Bagdad, cuando iba a recoger su pasaporte. Falleció pocos días después, en Londres, su destino final. La autopsia certificó el envenenamiento por talio como causa de ambas muertes.
_____________

Referencias: The Elements of Murder, John Emsley (2005).
Imágenes de Graham Young: Murderpedia.

NOTA: Esta entrada participa en la XVIII Edición del Carnaval de la Química que se celebra en XdCiencia.

13 comentarios:

  1. Muy bueno Dani, del tirón lo he colgado en Divúlgame! Un saludo, sigue así ;)

    ResponderEliminar
  2. Muy interesante, y da un poquito de cosa pensar en lo que se vendía en una farmacia, y lo que se puede hacer en casa con un "quimicefa" y conocimiento...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias. Ahora se puede comprar por internet. No hace falta ni "Quimicefa".

      Salud!, amigo.

      Eliminar
  3. Me dieron ganas de preparar unos tecitos...

    Gran post amigo!,

    un abrazo.-

    ResponderEliminar
  4. Muy buen artículo. Me ha quedado una duda, el ferrocianuro férrico es el antídoto del talio (I) porque es capaz de complejarlo?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Efectivamente favorece la eliminación fecal del talio. No he encontrado el mecanismo exacto, pero intuyo que como bien dices, es por quelación.

      Saludos

      Eliminar
  5. Frikidato:
    En un capítulo de House, envenenan a un paciente con Talio para que parezca que tiene la polio. (Temporada 4 - Capítulo 6)

    ResponderEliminar
  6. Gran post...miedito ;)
    Jose

    ResponderEliminar
  7. Dani donde se consigue por Internet?Lo estuve mirando xcuriisidad y nada

    ResponderEliminar