viernes, 21 de enero de 2011

La máxima de Hume

Los escépticos hemos contraído una enorme deuda con el filósofo escocés David Hume (1711-1776) (...)
Hume distinguía entre "escepticismo antecedente", como el que aplica René Descartes, que duda de todo lo que no tenga un criterio "antecedente" de verdad infalible, y "escepticismo consecuente", el método que el propio Hume aplicaba y que admite las "consecuencias" de nuestros falibles sentidos pero las corrige por medio de la razón: "Un hombre sabio adecua su verdad a la prueba". Es imposible encontrar mejor lema para el escepticismo.
Más importante todavía es la prueba de infabilidad de Hume, el análisis, cuando falla todo lo demás, de los hechos milagrosos. Porque, cuando uno tiene que vérselas con un verdadero creyente y cuando el fenómeno sobrenatural o paranormal al que éste elude no tiene una explicación natural aparente, Hume ofrece un argumento que a él mismo le pareció tan importante que entrecomilló sus propias palabras y dijo que se trataba de una máxima:
La consecuencia evidente es (y se trata de una máxima general digna de nuestra atención) "que ningún testimonio basta para confirmar un milagro a menos que el testimonio sea de tales características que su falsedad sería más milagrosa que el hecho que pretende confirmar".
Si una persona me dijera que ha visto resucitar a un muerto, consideraría de inmediato qué sería más probable, que esa persona engañara o fuera engañada, o que el hecho al que alude pudiera haber sucedido en realidad. Sopeso un milagro con el otro y, según la superioridad de uno y otro, que he de descubrir, pronuncio mi veredicto y rechazo siempre el mayor milagro. Si la falsedad de su testimonio fuera más milagrosa que el acontecimiento que refiere, entonces, y sólo entonces, podrá esa persona contar con mi creencia u opinión. ([1758 1952,p.491.)
                                                 -Michael Shermer, Por qué creemos en cosas raras-
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Fuente (libro): Por qué creemos en cosas raras. Michael Shermer. IBSN 9-788484-284222

6 comentarios:

  1. ¡El problema de la causalidad de Hume es siempre la gasolina, que por lo menos a mi, me incita a sorprenderme del cosmos!

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  2. Un grande David Hume. Él fue el que dijo con ese argumento: "¿Qué es más probable: que un hombre ascienda de entre los muertos, o que el testimonio esté errado?". En fin, siempre he sido un gran admirador de este filósofo :)

    Saludoss.

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  3. Brillante y digna de mención la parte final de: "que ningún testimonio basta para confirmar un milagro a menos que el testimonio sea de tales características que su falsedad sería más milagrosa que el hecho que pretende confirmar".

    Llegará un día en que los milagros dejarán de serlo, es una cuestión de tiempo y que los malditos creyentes o ignorantes dejen de engañarse.

    Sin duda alguna, tu entrada de hoy es un milagro!!!

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  4. Acabo de descubrir tu sitio, tienes unos contenidos que me atrapan. Que mejor que hacerme tu seguidor y leerte mas seguido.
    Un saludo.

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  5. Gracias a todos por comentar. Sí, Hume lo tenía bastante claro, la verdad, y no será la última vez que pase por aquí.

    Saludos

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  6. "No creer en cosas Raras" siempre fue la mismísima filosofía de la iglesia cristiana monoteísta, con la cual no solo mantenía a sus feligreses en la oscuridad total de la ignorancia sino que también mataba su fantasia, al mismo tiempo.
    Quizás Hume era un genio y no necesitaba creer en cosas raras para fortalecer su intelecto, pero para el hombre en vías de desarrollo intelectual sí es necesario creer en cosas raras e investigarlas. Para así poder romper el circulo vicioso de lo cotidiano y burdo, que solo se confirma a si mismo, constantemente.
    Un circulo vicioso al cual C. Sagan le an'adio método incluso, diciendo que deberíamos confrontar lo infinitamente desconocido con lo infinitamente poco que conocemos para poder verificar si es logico. ( ! )

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